Ciudad de México, 4 jun (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró este martes que los observadores internacionales que acudieron al país por las elecciones del domingo no lo encontraron un "en llamas" por la violencia como lo esperaban.
"Vienen los observadores internacionales de la OEA (Organización de Estados Americanos) y todos los organismos de la Unión Europea y vienen así a ver un México en llamas de violencia y se quedan un día, dos días, tres días con toda libertad, y se van y en todos los informes dicen que las elecciones fueron ejemplares", declaró.
El gobernante mexicano se refirió en su conferencia matutina a la visita de más de 1.000 observadores internacionales de diversos organismos que estuvieron en el país para los comicios mexicanos y que realizaron un reporte de la jornada electoral.
López Obrador aseguró que los visitantes venían "prejuzgados" a "encontrarse con un México dominado por la violencia", aunque insistió que no fue así.
"Hay un observador chileno que dice: 'me llamó mucho la atención que en las casillas (centros de votación) no había soldados' porque en Chile hay carabineros en las casillas cuidando, y aquí (hubo) un proceso ciudadano donde llegaron los representantes de partidos, los integrantes de las mesas, ellos se organizaron y se instalaron prácticamente todas las casillas", contó.
Sus declaraciones se dan pese a que la Misión de Observación Electoral de la organización Transparencia Electoral mostró "preocupación" en su reporte del lunes por la "ola de violencia" que atravesaron las elecciones y por la "intervención" de López Obrador en la contienda.
Incluso, la misión, integrada por 45 observadores de 20 países diferentes, ejemplificó la violencia con el asesinato del candidato de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México a alcalde de Coyuca de Benítez, en el sureño estado de Guerrero, Alfredo Cabrera, apenas tres días antes de los comicios.
También mencionó el homicidio de Israel Delgado Vega, el aspirante oficialista a síndico del municipio de Cuitzeo, en el occidental estado de Michoacán, horas antes de las elecciones.
Los comicios del pasado 2 de junio pasarán a la historia como los más grandes de la vida política mexicana, con más de 98 millones de votantes llamados a renovar más de 20.000 cargos, pero también como los más violentos, con al menos 30 aspirantes asesinados.
En la jornada electoral del domingo estuvieron presentes más de 23.000 observadores nacionales e internacionales para supervisar el desarrollo de los comicios, según reportó la semana pasada el Instituto Nacional Electoral (INE).