Ciudad de México.- El dolor, la impotencia y la falta de justicia, otra vez, enlutó a una familia.
A las nueve de la noche del miércoles, familiares de Perla Cristal, la joven que desapareció en Tláhuac el 9 de abril, recibieron la noticia de que su cuerpo había sido encontrado calcinado en un paraje ubicado entre los límites de Guanajuato y Michoacán, por lo que agilizaron todo para tener los restos al día siguiente en una funeraria de Tlalpan.
“¡Malditos, son unos malditos los que le hicieron eso!”, gritaban sus amigas en la funeraria ubicada en la colonia Toriello Guerra, donde poco a poco fueron llegando familiares y amistades con flores blancas.
El dolor se convirtió en impotencia, en medio de la misa los padres y amigos de la joven decidieron que a manera de protesta se llevaría el féretro a la sede de la fiscalía capitalina, dependencia que, a decir de los deudos, falló en las investigaciones, pues tardó en actuar en el caso.
Atravesaron Tlalpan hasta llegar a la colonia Doctores, ahí bajaron el féretro y lo colocaron en las puertas de la fiscalía, donde los esperaban colectivos feministas, quienes exigieron justicia para la joven de 19 años.