CIUDAD DE MÉXICO, junio 23 (EL UNIVERSAL).- La salud menstrual es un derecho que incluye factores como el acceso a material limpio como toallas sanitarias, tampones y copas menstruales, la disponibilidad de entornos seguros y privados para realizar el cambio de ropa o materiales de higiene femenina, la buena educación en temas de salud menstrual y la óptima atención de trastornos relacionados a la menstruación.
Estos factores se relacionan directamente con derechos humanos básicos como la salud, a una vida libre de violencia, a la educación, entre otros más.
En un sondeo realizado por EL UNIVERSAL, mujeres jóvenes de entre 20 a 25 años afirmaron que el dinero que destinan para la gestión menstrual representa un gasto significativo para su economía debido a que el uso de productos de calidad para atender la higiene menstrual puede llegar a ser una verdadera carga para aquellas personas y familias que se encuentran por debajo de los niveles de la línea de bienestar, en pobreza extrema o en áreas donde estos productos tienen impuestos adicionales.
Toallas sanitarias y tampones
En promedio, según la página oficial del gobierno de México, las mujeres utilizan de 20 a 30 toallas sanitarias o tampones al mes, 300 al año y de 10 a 15 mil piezas a lo largo de su período de vida. Es por ello que, haciendo cálculos, el gasto promedio que realiza una mujer en toallas sanitarias es de alrededor de 26 mil pesos considerando que el precio es de dos a tres pesos por cada una; o 30 mil pesos en tampones considerando un precio promedio de cuatro por cada uno.
Tal es el caso de Karina, madre de tres hijas, quien, en entrevista con EL UNIVERSAL expuso que al mes gasta al menos 300 pesos extras en la compra de estos insumos de higiene menstrual de sus hijas.
"A veces es complicado cuando llega su período, pues ellas vienen y me dicen que necesitan toallas y muchas veces yo apenas tengo dinero para terminar la quincena, entonces suelo buscar los productos en rebaja o de menor calidad para solventar los gastos de mis tres hijas", comentó.
Asimismo, la opción del uso de una toalla reutilizable, la cual está hecha de tela y se debe lavar cada vez que es utilizada, puede apoyar a reducir estos gastos, sin embargo, es necesario contar con algunos repuestos y realizarlas a la medida de la ropa interior femenina.
Aún así, algunas mujeres argumentaron que se sentirían inseguras al utilizarla, aunque sí representaría una reducción y un ahorro muy grande para sus gastos.
Copas menstruales
De acuerdo con datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), una copa menstrual marca The Diva Cup tiene un precio mínimo de 480 pesos y máximo de 629, durante la segunda semana de junio 2024.
Las copas menstruales se han convertido en un ahorro para las mujeres dentro de la gestión menstrual ya que estas tienen un tiempo de vida de hasta 10 años. Algunas de quienes la utilizan señalan que les ayuda a reducir gastos extras durante su período en al menos en 80%, sin embargo, continúan gastando en otros productos relacionados con la menstruación como las pastillas y compresas para aliviar los cólicos y toallas húmedas.
Mariana Ruíz, de 22 años de edad, utiliza copa menstrual desde principios de 2024 y comentó, para EL UNIVERSAL, que en un principio fue un gasto fuera de su presupuesto, sin embargo, ella lo tomó como una inversión, pues los siguientes meses ya no gastó ni en toallas sanitarias ni en tampones. Además, agregó que solamente gasta esporádicamente en pantiprotectores una vez cada tres meses.
Gestión menstrual: gobierno elimina IVA en este tipo de productos
Dado a que más de la mitad de la población en México son mujeres, este fue uno de los primeros países de América Latina en implementar políticas tributarias que contemplan a los productos de higiene menstrual con el fin de generar una disminución paulatina en precios de toallas sanitarias, tampones y copas menstruales.
En 2022, el Ejecutivo Federal incluyó en el Paquete Económico una Tasa Cero a la venta de productos de gestión menstrual, por lo que quedó eliminado el 16% del IVA, en beneficio de mujeres, niñas y adolescentes, sobre todo a aquellas de menores ingresos.
Organizaciones de la sociedad civil recibieron esta noticia con agrado y lo calificaron de un logro, ya que lo consideraron como una acción con perspectiva de género en materia fiscal.
Como parte de esta política, la Profeco tiene la obligación de vigilar los precios de toallas sanitarias, tampones o copas menstruales, así como, informar sobre posibles alzas de precios sin justificación que puedan afectar el poder de compra de las consumidoras.
Al respecto de estas medidas, Karina, la madre entrevistada, concluyó: "Es importante que el gobierno atienda estas necesidades de las mujeres, pues así como la población recibe ayuda como becas o vales de despensa, podríamos recibir una ayuda orientada a la salud menstrual".