Oaxaca.- Las personas mi-grantes que transitan por Oaxaca y el resto de los estados viven una realidad “deshumanizante”, y el país está desbordado por la migración, afirma Araceli Tovilla Galindo, directora del albergue del Centro de Orientación del Migrante de Oaxaca (COMI), el único espacio en la capital que brinda refugio temporal para los extranjeros.
Parte de la congregación católica internacional Misioneras Siervas del Espíritu Santo advierte un incremento en el flujo migratorio, principalmente de personas originarias de Venezuela y Cuba, y frente a esta situación, la falta de espacios para garantizarles una estancia digna en lo que continúan su camino.
Actualmente tiene una capacidad para atender a 50 personas, quienes pueden dormir en una cama durante dos noches, recibir un café por la mañana y una comida al día. Ahí pueden descansar, dormir, bañarse y lavar su ropa.
Los apoyos en especie que recibe el albergue, como alimentos y vestido, provienen de las parroquias que instalan centros de acopio para recabar insumos que sirvan a los migrantes. Sin embargo, su principal dificultad es que carece de recursos económicos para contratar personal que ayude, por ejemplo, en la preparación de alimentos.
En algunas ocasiones se ha permitido recibir hasta 100 personas migrantes al día, pero afirma que no en buenas condiciones para acogerlos.
“Es mínimo lo que podemos hacer nosotros aquí adentro en comparación de toda la población migrante que está en la calle, y eso no lo podemos solucionar nosotras”.
Alejandro Solalinde Guerra, sacerdote fundador del albergue Hermanos en el Camino, en Ciudad Ixtepec, que por momentos se ha convertido en el único refugio que brinda la mano a migrantes en tránsito en la entidad, lamenta que se hayan ido cerrando los espacios que apoyaban a los extranjeros que cruzaban el territorio oaxaqueño, mientras que las autoridades no hacen nada por brindar ayuda humanitaria ante esta crisis.