Mujeres migrantes, guerreras del camino

Algunas con su marido, otras sólo con sus hijos, las centroamericanas quieren llegar a Estados Unidos, en busca de una mejor vida

Ciudad de México.- Janette viene de El Salvador, tiene 23 años de edad y ha caminado en compañía de su marido y otras personas, en algunos tramos en los que no les dan jalón ella arrastra una carreola con un pequeño niño de ojos grandes que mira desconcertado la velocidad de los automóviles que pasan por la carretera.

“Es complicado con los niños, nos vamos despacio, con ayuda de Dios ahí vamos, vamos a seguir”, explicó a Notimex mientras caminaba por la carretera con la frente perlada de sudor, con la carreola llena de pañales, algo de ropa y botellas de agua que les habían dado en el camino.

Xiomara, que estaba en el albergue del DIF de Irapuato, tiene tres hijos, una de 13 años, una de 8 años y uno más de 6, sólo se trajo a la de 8, “estoy pensando en mis hijos que dejé en Honduras, solo me traje a una, la más valentona” dijo con una media sonrisa, no quiere hablar a su país para preguntar por sus hijos a su mamá, no quiere preocuparla.

En entrevista indicó que ella viaja sola con su hija de ocho años y que viene cubierta por la sangre de Cristo, cree que por eso vienen con bien, que por eso no se le han ampollado los pies, “vamos al sur a trabajar, en Honduras no nos alcanza el dinero, hay mucha violencia”.

“De mi corazón estoy un poquito herida por mis hijos que dejé, sé que este propósito Dios quiera que se haga realidad porque en mi país está muy duro para trabajar, he luchado duramente para mis hijos, el propósito que hoy vengo haciendo no es muy fácil para uno de mujer es muy arriesgado, este es un camino de locos, de gente que no es normal pero uno lo hace por sacar adelante a nuestros hijos “.

Keyla salía de las regaderas en el Albergue del auditorio Benito Juárez en Zapopan Jalisco, nació en Honduras, tiene las pestañas muy largas y chinas, viene con un pequeño short y los cabellos güeros y muy alborotados, tiene 21 años y viaja sola con su hermana de 18, ambas son madres solteras, dejaron a sus hijos con su mamá en busca de mejores oportunidades de vida, “no hemos sufrido acoso, vine porque no hay trabajo en mi país, cuando tenga dinero ahorrado me traigo a mi niña que tiene tres años”.

No me gusta llamar a mi casa porque me pasan a mi niña y me dan ganas de llorar, dijo; además, señala que muchos hombres de la caravana le han prometido cruzarla a EU, pero no les cree, ella, al igual que muchas madres viene a buscar suerte al vecino país del norte y no piensa distraerse en amores.

Blanca Aguilera es salvadoreña, es madre soltera y viene con tres hijos propios y una entenada porque la mamá de la niña llevó a otro de sus hijos al hospital porque venía malito del pecho, se hicieron amigas en el camino porque la otra mujer tiene marido así que se les unió para sentir mayor protección.

“Vengo muy cansada, hemos caminado mucho pero Dios me da fuerzas para seguir en el canino, el sueño es llegar a Estados Unidos con esfuerzos pero vamos a llegar”.

Nuria Estrada también es hondureña, tiene 34 años y es madre soltera de cuatro hijos, dos de ellos ya son mayores y los otros son más pequeños, ella quiso venir en la caravana para que sus hijos estudien y tengan una vida mejor, “en mi país hay demasiado graduado pero nadie tiene trabajo”.

“Esa es la fe, llegar a Estados Unidos, yo confío en Dios y tengo la confianza en que si vamos a lograrlo, porque Trump podrá decir lo que diga pero para Dios no hay imposibles, para Dios no hay fronteras, es tener coraje, voluntad y fe”.