No me entregué y no hay acuerdo, me secuestró "El Chapito": "El Mayo" Zambada

Pide paz en Sinaloa, ante la tensión por una posible escisión del cártel que encabeza

El capo del Cártel de Sinaloa, Ismael "El Mayo" Zambada García, dio este sábado sus primeras declaraciones, a través de su abogado, en un documento donde revela varios detalles de su captura, de la traición de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera, así como del destino de Héctor Melesio Cuén, de quien afirma fue asesinado en el mismo rancho donde el narco cayó después de décadas de zafarse de la justicia.

Además, hizo un llamado "al pueblo de Sinaloa" para que "ejerza moderación y mantenga la paz en nuestro estado. Nada se puede resolver con violencia. Ya hemos pasado por eso antes y todos perdemos". Esto ante la tensión por una posible escisión del cártel luego de la traición entre sus principales líderes.

"Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a los Estados Unidos", abre la carta de "El Mayo" Zambada. "Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a los Estados Unidos a la fuerza y contra mi voluntad".

Joaquín Guzmán López, afirma el capo, le pidió que asistiera a una reunión "para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado". "Estaba al tanto de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, Gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), sobre quién debería dirigir esa institución". Cuén era Diputado federal electo y asesinado el mismo día de la captura de Zambada García: el 25 de julio.

"Me dijeron que además de Héctor Cuén y el Gobernador Rocha Moya, Iván Guzmán Salazar también estaría presente en la reunión", es decir, otro de los hijos de Guzmán Loera, que en conjunto son conocidos como "Chapitos", al igual que el nombre de su grupo al interior del Cártel de Sinaloa.

ASÍ TRAICIONARON A "EL MAYO"

El día de la captura, 25 de julio, Zambada García acudió al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, justo a las afueras de Culiacán, donde se llevaría a cabo la reunión. "Estaba programada para las 11:00 a.m. y llegué un poco antes. Vi una gran cantidad de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos. Me acompañaban cuatro agentes de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo fueron José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo", detalló el capo.

"Mientras caminaba hacia el área de la reunión, vi a Héctor CuÉN y uno de sus ayudantes. Los saludé brevemente antes de entrar a una habitación que tenía una mesa llena de frutas. Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas, lo seguí sin dudarlo. Me llevaron a otra habitación que estaba a oscuras", relata.

Ahí se cometió la emboscada. "Un grupo de hombres me agredió, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro sobre la cabeza. Me ataron y me esposaron, luego me obligaron a subir a la parte trasera de una camioneta. Durante toda esta terrible experiencia, fui sometido a abusos físicos, lo que resultó en lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Luego me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado", completó.