“Nos quitó lo que teníamos”

Comerciantes de Playa Revolcadero, otros damnificados

Acapulco, Gro.- Entre palapas caídas, láminas retorcidas, cableado eléctrico tirado y montículos de basura, comerciantes de Playa Revolcadero buscan su mercancía y alimentos enlatados para hacer frente a la desgracia que les dejó el paso del huracán John.

“No tenemos alimento, no tenemos nada, mis compañeros están pescando para poder comer, queremos agua y despensas, la ayuda no nos ha llegado (….) Se desbordó el río, se deslizaron los cerros y todo vino a dar aquí, quedamos destruidos”, comenta el señor Justo Castillo, quien vive del turismo y calcula haber sufrido pérdidas por lo menos de 140 mil pesos.

Desde una de las barras de la playa, con el mar grisáceo y agitado, y cerca de los almendros que reverdecieron después del huracán Otis, varios hombres lanzan cañas y redes para pescar algo que llevar a sus mesas.

Entre ellos se encuentra Ricardo Jaimes, apodado “Macaco”, quien se adentra a las aguas para alcanzar los peces: “Vengan, acá también estamos los afectados”, refiere el hombre.

Algunos jóvenes optan por surfear entre las olas violentas que rompen en esa parte del litoral guerrerense, al tiempo que los adultos mayores, sentados en sillas de madera hinchada por la inundación o en camastros,  comentan las novedades que surgen en la comunidad afectada.

“Es un peligro, todo esto es un riesgo, es muy triste, nunca se había visto esto, nos quitó todo, es una pérdida total”, lamenta Miguel Ángel García, un adulto mayor de 68 años, de los cuales 50 los ha dedicado al comercio.

Los habitantes de Revolcadero, que viven principalmente de sus pequeños restaurantes y locales de souvenirs, ahora caminan entre los destrozos que dejaron las lluvias del huracán John, sorteando las enormes grietas.

El puente vehicular Puerto Marqués se encuentra colapsado, como el ánimo de decenas de comerciantes que perdieron sus negocios en la Laguna Negra, uno de los brazos de la Laguna Tres Palos, en la Zona Diamante, donde desemboca el río La Sabana, lugar en el que una gran cantidad de agua se desbordó y se “tragó” parte de la carpeta asfáltica del puente vehicular y varios comercios de artesanías y alimentos.