Aseguró que, durante estos tres años, las autoridades mexicanas no les han dado ninguna respuesta.
"Ni siquiera se nos notificó por las vías formales, por las instancias formales, a cada una de las que tenemos una carpeta de investigación, que está pasando, como va a ocurrir", denunció.
Solicitó un diálogo abierto y franco sobre todo el proceso que se está llevando a cabo con el caso y considero que es injusto que mientras todos tienen que hablar sobre él como "Andrés N", por su presunción de inocencia, ella sale con su nombre y apellido.
"Todos tenemos rostro, pero hay quienes tenemos el rostro más franco, así que nos urge que Andrés venga y que dé la cara como sea".
Denuncia de Roemer contra sus víctimas
Itzel habló sobre unas demandas que Roemer había presentado en contra de algunas de sus víctimas en 2022, la cual ganaron.
"Fue un juicio que duro 8 meses... te denuncian por hablar. Nosotras ganamos ese juicio".
Agradeció a los medios de comunicación quienes, pese a que sí las revictimizan, gracias a ellos son visibilizadas.
"Ni una sola orden de protección, detienen al sujeto y nos enteramos por los medios, es garrafal lo que está pasando", dijo.
Egresada de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, Itzel Schnaas denunció a Roemer por abuso sexual en 2020.
¿Qué hizo Andrés Roemer?
La bailarina Itzel Schnaas denunció, a través de un video que publicó en su canal de YouTube, que el escritor y embajador de la Buena Voluntad para el Libre Flujo del Conocimiento de la UNESCO, Andrés Roemer, abusó sexualmente de ella en 2020.
De acuerdo con el relato de Itzel, Roemer, quien también se desempeña como investigador senior en la Universidad de Columbia, la citó en un restaurante en la colonia Roma para hablar de esos proyectos escénicos, pero cambió el encuentro a su domicilio particular.
La bailarina afirmó que allí "esquivó" piropos, bromas y cumplidos, y se negó a los "tragos de cortesía". Además, Roemer interrumpía con insistencia su exposición para hablarle de su gusto por las bailarinas y para expresarle más piropos.
"Empezó a acariciar mis piernas, a masajear mis piernas cerca de la ingle y a tocar su pene. Tocar y/o excitar y/o masturbar, a veces hacen falta precisiones y no las tengo, para mí fue un poco de todo. No supe qué hacer", comentó.
Cuando intentó terminar la conversación, Roemer le prometió que sería programada en el festival. "Ya casi lograba despedirme. Colocó algunos miles de pesos frente a mí y me dijo: ´a nuestra próxima reunión llegas con una falda que yo te haya comprado'. Así se despide el doctor, no sin antes sumar besos y caricias atrevidas, o faltas del más mínimo respeto".