San Cristóbal de las Casas, Chis.- Cuando los más de seis mil desplazados de la cabecera municipal de Tila y de algunas comunidades, se preparaban este fin de semana para regresar a recuperar sus hogares, integrantes de un grupo paramilitar raptaron a uno de ellos, al que asesinaron, para luego abandonar su cuerpo.
La Fiscalía de Chiapas informó que José Rodrigo Martínez Parcero, de 45 años, se comunicó con su esposa el pasado viernes a las 18:00 horas, cuando se encontraba en las inmediaciones del hospital de Yajalón, donde había permanecido desde el 7 de junio.
Familiares aseguraron que delincuentes interceptaron a Martínez Parcero cuando se encontraba en la unidad deportiva, que es donde se refugian miles de desplazados, para luego llevarlo a bordo de un vehículo.
Los familiares confirmaron que Martínez Parcero fue raptado por los paramilitares “ayer (este viernes) por la noche, saliendo del refugio de desplazados. Hoy (este sábado) localizaron su cuerpo sin vida, torturado en Tila”.
Agregaron que el grupo paramilitar abandonó el cuerpo de Martínez Parcero en las inmediaciones de la comunidad de Sayojá, para “vincularlo injustamente” con la agrupación armada conocida como Karma. “Lamentablemente otra vez nos tocó poner otro muerto”, señaló la familia.
Incierto regreso
Antes de la desaparición de José Rodrígo Martínez Parcero, los más de seis mil desplazados estaban dispuestos a regresar para recuperar sus hogares, por su propia cuenta, pero ahora se preguntan: “¿Cuál seguridad para regresar?”.
Una mujer dio a conocer que estaba dispuesta a volver a Tila para limpiar su casa, pero sólo estaría unos días, para luego trasladarse a Villahermosa, Tabasco, donde buscaría trabajar, mientras se encuentra la paz en Tila. “Definitivamente no hay condiciones para regresar. Solo voy a ver mis cosas y me voy a trabajar”, agregó.
Comentó que después del ataque de los paramilitares, que quieren apropiarse de 130 hectáreas, donde hay decenas de casas, los desplazados se encuentran sin trabajo y algunos han enfermado por el estrés.
A raíz del ataque de los paramilitares, una veintena de viviendas y negocios fueron incendiados y destruidos, también dañaron más de 17 vehículos y unas seis mil personas dejaron la cabecera municipal, abandonando sus hogares.