Jesús Antonio y su mamá ya conocen el proceso. Había que estar a la 13:00 horas afuera del Hospital Ajusco Medio, en Tlalpan, para esperar informes de su papá —quien por tercera vez dio positivo a Covid-19 — y rezar para que salga adelante.
"La verdad es que ahora sí estamos preocupados. Mi papá trabaja en la Central de Abasto y creemos que ahí es donde está el virus fuerte, creo a nadie les interesan los estibadores, los trabajadores de allá, los bodegueros y todo lo que se mueve allá, imagínate, de ahí sale toda la fruta, la verdura y todo lo que se consume en el país y la gente se sigue contagiando", dice.
"Las dos primeras veces lo sentimos fuerte a mi papá, pero ahora creo que le pegó más fuerte. El médico nos dice que está bien, es fuerte y hasta el momento no lo han intubado, sólo esperamos que una cama se desocupe para que lo pasen porque otra vez se está llenando el hospital", comenta Jesús, quien aprovechó, y junto con su madre, se hizo la prueba para saber si también son portadores del virus, deben esperar dos días.
Afuera del hospital, los vecinos exigen a las autoridades que todos los alrededores se limpien para evitar que la tercera ola se salga de control. Piden que los puestos ambulantes, por salud, se retiren o que las autoridades los revisen constantemente.
"Esto ya lo vivimos, es como regresar al terror. Nosotros nos cuidamos y tomamos medidas extremas, pero así no se puede; tenemos un foco de infección y contagio a unos metros, pero nunca hemos visto que pasen a sanitizar todo, la gente entra y sale y no sabemos si nos pueden contagiar. Entendemos que la gente está desesperada y no los podemos discriminar ni nada de eso, pero imagina si ellos se contagiaron es porque no tuvieron cuidado, qué podemos esperar", considera Raúl, un vecino.
Personal del hospital detalla que el lugar está a 60% de su capacidad para atender a pacientes con Covid-19, porque aún no se ha destinado a 100%. Confían que conforme las vacunas se incrementen, el número de pacientes baje y de esa manera se evite que el hospital colapse otra vez.
El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) ayer estaba desértico, pese a que hace unas semanas se colocaron carpas que advertían que no hay capacidad. Datos del Gobierno capitalino, al corte del 28 de julio, reportan que la capital tiene una ocupación de 34%.