Preocupa a CNDH que niños migrantes sean atraídos por el crimen

Los niños y adolescentes migrantes representan la expresión más grave de ese fenómeno en la región porque están en riesgo de ser cooptados por el crimen organizado y de sufrir diversos abusos, afirmó Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quien indicó que en lo que va de 2018 han sido presentados ante el Instituto Nacional de Inmigración 2 mil 703 menores no acompañados.

En la inauguración del Foro "Pasos hacia la consolidación del Sistema de Protección a la Niñez Migrante en México", resaltó que en los casos de niños y adolescentes no acompañados se potencializa la gravedad del fenómeno, porque "los coloca en una posición de vulnerabilidad múltiple, en la que sus derechos difícilmente serán respetados y aumenta, considerablemente, el riesgo de que sufran algún abuso de autoridad, sean víctimas de un delito, o inclusive sean cooptados por las organizaciones criminales para prestar servicios a las mismas o para efectos de trata de personas".

De acuerdo con el Informe Especial sobre Niñez Centroamericana no Acompañada y en Contexto de Migración de 2016 de la CNDH, en ese año fueron detectados por la autoridad migratoria 40 mil 114 menores, provenientes en su gran mayoría de Centroamérica, y 13 mil 737 en 2017.

Respecto a los niños mexicanos retornados de Estados Unidos, en 2016 la cifra fue de 13 mil 737 y en 2017 se registraron 7 mil 266 casos.

La población infantil no acompañada que ha sido presentada ante el Instituto Nacional de Migración fue de 17 mil 557 en 2016, 7 mil 430 en 2017, y en lo que va de 2018 suman 2 mil 703. Ante ese panorama, González Pérez afirmó que "la niñez migrante es un tema principal y no marginal.

"Es una realidad que debemos reconocer, evidenciar y atender, una realidad que afecta e incide en uno de los grupos de mayor condición de vulnerabilidad que existe. La migración es un derecho humano que se debe respetar y cuyo ejercicio no puede, ni debe ser criminalizado, mucho menos cuando quienes ejercen ese derecho son niñas, niños y adolescentes".

Ricardo Bucio, secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, comentó que hay un cambio de paradigma, por lo que es necesario recordar que quienes salen de su país de origen no son delincuentes, y que "antes que migrantes son niños y adolescentes", por lo que se debe trabajar por bienestar y protección.

Explicó que no se trata sólo de recibir quejas, sino de prevenir los delitos contra los niños migrantes, por lo que destacó que México ha logrado reconocer sus derechos, pero aún trabajan en lograr la plena aplicación de las medidas alcanzadas.

En su participación, Luis Enrique Guerra García, procurador Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, señaló que en México se conjugan cuatro dimensiones de la migración: origen, tránsito destino y retorno. Por ello es necesario abordar el tema con un enfoque de derechos, puesto que si son múltiples las causas que la originan, también así deben ser las respuestas de las autoridades.

Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijo que "en el contexto de la muy compleja situación de derechos humanos que atraviesa México, los derechos de los migrantes pueden ser vistos como algo que está ‘compitiendo’ con otras prioridades en la agenda de los derechos de los propios mexicanos -desaparición, ejecuciones extrajudiciales, tortura, defensores de los derechos humanos y de los pueblos indígenas-; sin embargo, hay que enfatizar que todos esos retos tocan también a los migrantes".

Ante ese panorama celebró que los candidatos presidenciales se pronunciaran a favor de una postura humanista en la materia reiterando que se debe dar un trato digno a los migrantes centroamericanos, así como se exige que sean tratados los connacionales en Estados Unidos.

Patricia Martínez Cranss, subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, aseguró que "no habrá muro capaz de detener la migración", por lo que la corresponsabilidad y la coordinación institucional es vital para asegurar el interés superior de la niñez migrante.

Mark Manly, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en México (ACNUR), alertó que aunque un gran porcentaje de los menores migrantes no desea regresar a sus países por la violencia, pocos logran quedarse en México.