El gobierno mexicano no ha aplicado de forma efectiva las leyes para proteger a las tortugas caguama, una de las seis especies de tortugas marinas que existen en México y que está en peligro de extinción, indica un informe publicado el lunes.
Debido a ello ha aumentado el número de tortugas de esa especie que aparecen muertas, muchas presuntamente tras haber quedado atrapadas en redes, señala el informe cuyas conclusiones fueron anunciadas por la Comisión de Cooperación Ambiental, que funciona como parte del acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá.
Aunque la comisión no tiene facultades para hacer recomendaciones, el gobierno de Estados Unidos, de acuerdo con sus leyes internas, sí podría prohibir la importación de mariscos mexicanos si considera que México no cumple sus compromisos de protección de la vida marina.
Desde 2019, México ha ido bajando el límites de capturas accidentales, —es decir la cifra de tortugas muertas que, de alcanzarse, paralizaba la pesca— y también redujo las labores de inspección.
"Hemos perdido miles de tortugas caguama en peligro porque México no ha hecho casi nada para protegerlas", dijo Alejandro Olivera, científico principal y representante de México en el Centro para la Diversidad Biológica. "Me alegro de que por fin la comunidad internacional exija responsabilidades al gobierno mexicano".
Las muertes de tortugas caguama y el número de las que quedaron varadas en playas aumentaron en 2018, el año en que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo. Desde entonces se han mantenido muy altas.
Al menos 329 de las tortugas fueron encontradas muertas entre 2015 y 2017 en el Golfo de Ulloa y sus alrededores, una activa zona pesquera del Pacífico frente a la costa de la península de Baja California, el área donde mayormente vive esta especie. De 2018 a 2020, esa cifra se disparó a 1.360.
A principios de la década de 2000, México fijó un límite para el número de tortugas caguamas muertas llegado al cual se suspendía la pesca hasta el año siguiente. En 2023, eliminó esa cuota dando vía libre a las actividades pesqueras.
México también redujo las inspecciones durante la actual administración. Entre 2012 y 2017, realizó 1.542 acciones de vigilancia en torno al Golfo de Ulloa. Entre 2018 y 2023, hubo sólo 338.
Según el informe, México asegura que la pesca no es la principal causa de mortalidad de tortugas sino que la letalidad también está marcada por la presencia de depredadores; colisiones con embarcaciones; ingestión de desechos producto de la actividad humana o de contaminantes tóxicos; las condiciones nutricionales de los ejemplares y diversas enfermedades metabólicas o infecciosas.
La Secretaría de Medio Ambiente y la Armada de México no respondieron de inmediato a una solicitud de comentario.
Aunque los expertos reconocen que varios factores contribuyen a la muerte de las tortugas marinas, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos afirma que el quedar atrapadas en redes "sigue siendo la mayor amenaza a la que se enfrentan".
La tortuga caguama es la más común en las aguas y playas estadounidenses pero está considerada en peligro de extinción en todo el mundo.
La pesca, a diferencia de las enfermedades o el cambio climático, es algo que el ser humano puede controlar mediante el uso de dispositivos en las redes que son una especie de aperturas de escape por donde las tortugas pueden evitar quedar atrapadas. Estos dispositivos son de uso obligatorio en diversos puntos de Estados Unidos.
Pero su impacto en la muerte de tortugas es difícil de medir porque si los pescadores encuentran una tortuga varada en sus redes la sueltan y sólo suele ubicarse al ejemplar cuando llega muerta a una playa.
Según el informe, las autoridades mexicanas no han presentado ninguna denuncia penal ni han intentado procesar a barcos pesqueros por matar tortugas.