Tijuana, Baja California.- Rafaela, su esposo y su niño llegaron a la Catedral de Tijuana. En la banca que está a unos pasos de la entrada, se arrodillaron frente a la virgen y, como hacen todos los días, cerraron los ojos, juntaron sus manos, las llevaron al pecho y clamaron: “que no haya nada que nos detenga, Señor. Que las puertas de la frontera se abran”.
Este 20 de enero, será su cita para cruzar la frontera e iniciar su trámite de asilo en Estados Unidos, el mismo día en que rinde protesta el presidente electo Donald Trump, quien amenazó con restringir el cruce en la frontera, eliminar la aplicación CBP One y deportaciones masivas.
Dentro de los cerca de 40 albergues que operan en la ciudad de Tijuana, las familias migrantes temen que a partir de este lunes les sea imposible cruzar hacia territorio estadounidense de una manera segura y que sus procesos de asilo se interrumpan.
Para muchos es una cuestión de fe permanecer con la esperanza de que nadie les cierre las puertas.
Su mayor temor es que el nuevo gobierno estadounidense les cierre las puertas de la frontera, cuando están a punto de solicitar asilo. La fe es también lo que mantiene a Wendy Morales, originaria de Guatemala, que está en la frontera de Piedras Negras.