Guadalajara, Jal.- El rancho Izaguirre no sólo era un centro de adiestramiento del “Cártel Jalisco Nueva Generación” (CJNG), como lo han señalado autoridades estatales y federales, sino que ahí también se asesinaban personas y se les desaparecía, de acuerdo con testimonios de dos sobrevivientes.
Sus declaraciones están incluidas en 120 páginas de la sentencia contra las 10 personas detenidas por la Guardia Nacional en el rancho el 18 de septiembre de 2024, quienes en julio fueron condenadas a 141 años de prisión.
El Universal tuvo acceso a ese documento, en el cual se lee que uno de los sobrevivientes dijo que al llegar al rancho lo pusieron a juntar leña, y después supo que era para quemarlo, porque lo iban a matar.
Las dos víctimas rescatadas en ese mismo operativo confirmaron que el rancho formaba parte de una red de fincas utilizadas por el grupo delictivo para torturar personas en la región Valles de Jalisco, y de la que las autoridades poco han dicho.
Una de las víctimas declaró que en ese lugar, algunos de los hoy sentenciados comenzaron a golpearlo, después lo desnudaron y encerraron en un baño durante varias horas; más tarde, lo envolvieron en plástico transparente y lo apalearon.
En ese lugar escuchó cómo torturaban a otras personas y en una de las habitaciones donde lo encerraron se encontró con dos hombres que también estaban golpeados: uno de ellos es la segunda víctima rescatada del rancho Izaguirre y el otro es la persona encontrada muerta durante la intervención de la Guardia Nacional.
Más tarde, las tres víctimas fueron trasladadas a otra casa donde las mantuvieron amarradas de pies y manos y, finalmente, la mañana del 18 de septiembre las trasladaron al rancho.