Hermosillo, Son.- En el desierto de Sonora los ataques con drones son la nueva modalidad en la guerra entre grupos criminales.
Los ciudadanos de esa zona, donde se ubican los municipios de Santa Ana, Tubutama, Trincheras, Pitiquito, Oquitoa, Altar, Caborca, Sonoyta y Sáric, viven con temor, no saben qué es lo que va a pasar debido a que aumentan las hostilidades entre los cárteles.
Residentes, turistas, trabajadores y jornaleros agrícolas se han visto afectados por los constantes enfrentamientos que han dejado una estela de víctimas colaterales.
El hecho más reciente ocurrió la noche del pasado 7 de julio a las 23:10 horas, en un domicilio ubicado en las calles Esquer entre el Panteón y Carretera a las Cocheras, en la zona denominada Pueblo Viejo, donde se desarrollaba un festejo.
El ataque dejó lesionadas a tres mujeres: Fátima «N», Evelyn «N» y Liliana Sugey “N” de 37, 45 y 43 años.
Al respecto, la Fiscalía General del Estado señaló que el domicilio donde fue la agresión es propiedad de un integrante de la delincuencia organizada de la región, sujeto que es hermano de una de las lesionadas.
Otro ataque similar ocurrió el pasado martes 25 de junio, cuando impactos de granadas lanzadas con drones interrumpieron la paz en El Claro, primer ejido que se fundó en todo México.
Los artefactos explosivos se han asegurado durante patrullajes de personal del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.
El pasado 18 de junio fueron acribillados los comensales del restaurante 200, ubicado entre Sonoyta y Caborca. Dos traileros que se encontraban en el lugar fueron víctimas del ataque armado, uno de ellos falleció.
“¡Son chingaderas, la gente sin poder ir a trabajar y no hay autoridades!”, denunciaron jornaleros agrícolas el pasado 25 de junio porque fueron regresados por sicarios en la carretera que conduce a la costa de Caborca.
Están “echándose chingadazos”, comentó un trabajador del campo por la falta de seguridad que les impide llegar a sus centros de trabajo.