CIUDAD JUÁREZ, Chih., mayo 7 (EL UNIVERSAL).- Casi 300 migrantes han sido encontrados de viviendas en este municipio de Chihuahua, donde presuntos traficantes de personas los tienen resguardados con el engaño de cruzarlos a Estados Unidos.
Los rescates comenzaron la semana pasada por agentes de las secretarías de Seguridad Pública Estatal y Municipal, quienes por medio de llamadas al 911 pudieron dar con las viviendas donde se encontraban ocultas las personas en movilidad.
De acuerdo con el seguimiento periodístico de EL UNIVERSAL, el primer caso ocurrió la noche del 30 de abril cuando fueron hallados 104 migrantes de diversas nacionalidades, quienes se encontraban en el domicilio ubicado en el cruce de las calles Ricardo Marquina y Carlos Alonso del Real, en la colonia Infonavit Casas Grandes.
Después de este hecho, agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) lograron encontrar a 39 migrantes que se encontraban retenidos en una casa habitación en un predio ubicado en la colonia Riveras del Bravo, Etapa 8.
El fin de semana la Secretaría de Seguridad Pública Municipal liberó a 147 migrantes, quienes fueron resguardados y traslados al departamento de Trabajo Social de la corporación, además se logró la detención de cuatro personas.
De acuerdo con organizaciones y los mismos migrantes, muchos de ellos están siendo víctimas de secuestros por parte de supuestos traficantes de personas.
Algunos migrantes narraron a EL UNIVERSAL, que los traficantes los interceptan cerca de la puerta 36 de la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, para después buscar a sus familiares y exigirles dinero.
Al respecto, la Patrulla Fronteriza informó que de momento no hay cambios en la ley de inmigración de Estados Unidos, ni en la aplicación de controles fronterizos.
Salen de Zacatecas
Después de permanecer varados este fin de semana en la estación de Cañitas de Felipe Pescador, municipio enclavado en el desierto zacatecano, ayer unos 3 mil migrantes detuvieron otro tren y lograron subirse para avanzar rumbo a Coahuila.
La presión por subirse era mucha, temían que volvieran a quitar las máquinas a los vagones y no pudieran avanzar.
Finalmente, tras una hora se escuchó que quitaron los frenos, lo que les regresó la sonrisa a los extranjeros, y a los lejos se escuchó: "¡Arrancó el tren, nos vamos!".