Ciudad de México.- En la red de huachicol fiscal, operada desde la Marina por los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, los verificadores en las aduanas de Tampico, Altamira, Guaymas y Ensenada jugaron un papel fundamental para el ingreso ilegal de combustible al país mediante buquetanques.
Según la investigación de la Fiscalía General de la República (FGR), estos funcionarios eran los responsables de tomar muestras a las mercancías que llegaban a los muelles y verificar que la documentación estuviera en regla, pero hacían caso omiso a lo que ingresaba y salía de dichos puertos del país.
Al menos un capitán de la Marina y seis verificadores del grupo de los sobrinos del exsecretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, denominado Los Primos, estableció un modus operandi para falsear muestras e información de los navíos con huachicol fiscal que descargaban sin pagar los impuestos correspondientes.
De acuerdo con la indagatoria, en la aduana de Tampico los verificadores a cargo del exsubdirector de Vigilancia y Control de la Aduana Marítima de Tampico, capitán Sergio Varela Morales, presentaban frascos con diferentes sustancias para soportar que los buques cargados con millones de litros de huachicol fiscal transportaban aceites o aditivos.
“Al grado de tener preparado un frasco con otra sustancia”, reflejando el nivel de planeación y la complicidad entre mandos y operadores de las mencionada aduana, señala la indagatoria.
Varela Morales es señalado junto con Antonio Campos Vera, primer maestre y verificador de mercancías; Leonardo Macías Valdivia, verificador, entre otros, de ganar dinero por “hacer caso omiso a lo que ven y saben… siendo los más sordos y ciegos en este asunto”.
En su declaración ante el Ministerio Público del caso, el testigo colaborador de la FGR con el indicativo Santo, quien fue director de la aduana de Tampico, aseguró que entregó 50 mil pesos al capitán Sergio Varela Morales, requerido por la justicia federal, que le mandaba de gratificación el capitán Miguel Ángel Solano, alias Sol, por cada uno de los 14 buques que arribaron a Tampico entre abril de 2024 y enero de 2025.
Según el testimonio del testigo colaborador Santo, las muestras que se tomaban a los buquetanques eran enviadas al laboratorio central de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) para su análisis y en el tiempo que estuvo como director de la aduana de Tampico, siempre resultaban negativas a diésel o gasolina.
Indicó que hasta marzo de 2025 se pudo comprobar que el producto que transportaban los buquetanques que llegaban a Tampico no era aceite, sino derivado de combustible, por lo que entendió que la red de corrupción de los hermanos Farías Laguna tenía controlado el laboratorio de la Agencia Nacional de Aduanas.