Ciudad de México, 28 oct (EFE).- La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, respondió a la Iglesia católica ante sus demandas por la muerte del padre Marcelo Pérez asegurando estar "consternada" por su asesinato y achacó la violencia existente en México a las consecuencias de la llamada "guerra contra el narco" que emprendió el exmandatario Felipe Calderón en 2006.
"Todos estamos consternados por el asesinato del padre Marcelo Pérez y ya hay una detención y se sigue investigando y vamos a seguir trabajando en ello", declaró la presidenta en respuesta a las palabras de Carlos Aguirre, de la arquidiócesis primada de México, quien aseguró que "la violencia ya no se aguanta", tras el asesinato de su correligionario.
El padre Marcelo Pérez, sacerdote indígena tzotzil, fue asesinado a tiros el pasado 20 de octubre en San Cristóbal de las Casas, una ciudad turística chiapaneca.
La labor del padre Marcelo no solo se limitaba a su vocación pastoral, también era un firme defensor de los derechos de los pueblos indígenas y había recibido medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) debido a las amenazas en su contra.
"No vamos a regresar a lo de antes porque no llevó a nada, de hecho aunque digan lo que digan, la guerra contra el narco lamentablemente sigue teniendo parte de sus consecuencias hasta ahora", recalcó la presidenta quien insistió en su política de atención a las causas de la criminalidad y rechazó un enfoque de choque contra el crimen organizado.
La Iglesia católica en México urgió este domingo a implementar medidas efectivas para proteger a los sacerdotes y agentes pastorales, en respuesta al reciente asesinato del padre Marcelo Pérez en el sureño estado mexicano de Chiapas.
En el editorial titulado ´¿Cuántos más como el padre Marcelo?´ señaló que la violencia contra los sacerdotes ha ido en aumento en el país, y alertó que las condiciones de inseguridad actuales ponen en riesgo a quienes trabajan en comunidades vulnerables, sobre todo aquellas amenazadas por el crimen organizado, como lo hacía el padre Marcelo en la región de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas.
Además, el papa Francisco lamentó ayer domingo el asesinato en México del sacerdote; "Me uno a la amada iglesia de San Cristóbal de las Casas, en el Estado mexicano de Chiapas, que llora el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez el pasado domingo", dijo el pontífice tras el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.