Guanajuato, Gto.- La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, descartaron que se trate de actos de “terrorismo” las explosiones de dos coches bomba en Acámbaro y en Jerécuaro, Guanajuato.
“¿Descarta usted que estos hechos sean narcoterrorismo?”, preguntó El Universal a Sheinbaum Pardo en su conferencia del viernes en Baja California Sur. “Sí, no se puede catalogar como terrorismo”, respondió la presidenta.
El titular de la SSPC también rechazó que sean actos de terrorismo las explosiones de los coches bomba e indicó que sólo se trata de una disputa entre grupos criminales. “En estas agresiones que hubo en Guanajuato, esto es por una disputa de territorio, esto es por droga. Terrorismo tiene tintes ideológicos, religiosos, etcétera, aquí es una disputa de dos grupos delincuenciales para pelearse entre ellos y amedrentar a la autoridad, ya sea porque alguna autoridad local esté involucrada con algún otro grupo o porque la propia autoridad los está combatiendo”, afirmó.
Omar García Harfuch agregó que la Fiscalía General de la República (FGR) está determinando qué tipo de explosivos se ocuparon en el ataque y a quién se le atribuyen estos hechos.
Refirió que la explosión de los vehículos se dio luego de que el 16 de octubre autoridades de Acámbaro recuperaron vehículos y aseguraron equipo táctico con parches de un grupo delincuencial, además de que hubo detenidos. Apuntó que el 21 de octubre se dio la detención de tres sujetos de esta misma célula criminal y el aseguramiento de un vehículo por parte de las autoridades municipales y estatales y horas después el director de Seguridad Pública recibió amenazas.
La alcaldesa de Acámbaro, Claudia Silva Campos (PAN), y su director de Seguridad, Rafael Horacio Perfecto Beltrán, reconocieron que fueron amenazados por un grupo delincuencial días antes de la explosión del auto bomba, afuera de las instalaciones de Seguridad Pública municipal.
Las fuerzas federales reforzaron la operatividad en Acámbaro y Jerécuaro con el despliegue de unos 500 elementos del Ejército y de la Guardia Nacional en puntos estratégicos, mientras la FGR mantiene el cerco de seguridad en los sitios siniestrados por la explosión de dos coches bomba.