Ciudad de México.- Diversos candidatos que son protegidos por el gobierno federal después de que recibieron amenazas del crimen organizado revelaron que los miembros de la Guardia Nacional (GN) que les fueron asignados como escoltas los abandonan en las noches porque la dependencia federal no les da viáticos para hospedaje, lo que provoca que los elementos al término de la jornada se retiren a dormir al cuartel más cercano, que en ocasiones queda a una o hasta dos horas de distancia.
Daniela (quien pidió modificar su nombre por motivos de seguridad) hace campaña todos los días, visita las colonias de su distrito escoltada por dos vehículos de la GN, uno atrás de su auto y otro adelante. Cada vehículo lo abordan seis elementos con armas cortas y largas, pues las amenazas que Daniela ha recibido son de muerte. Tras recibir su solicitud de protección, las autoridades consideraron que por los elementos de la petición el caso debía considerarse de “alta prioridad”.
Sin embargo, llegada la noche los equipos la dejan en el lugar donde se hospeda y 11 de los 12 elementos se retiran a sus cuarteles, debido a que no cuentan con viáticos para permanecer ahí. Dejan a un solo elemento de guardia.
Adrián (quien también pidió modificar su nombre) es otro aspirante que pasa por lo mismo, pero a él no sólo lo abandonan en las noches, sino en el día, a la hora de la comida, porque los elementos que lo cuidan tampoco tienen viáticos para alimentos.
Al principio era irse a sus cuarteles para comer, pero nos desprotegen. Lo que hicimos es que como tenemos la fortuna de que en la casa de campaña hay espacio para hacer de comer entre todos compramos despensa, se las damos a los guardias y la Guardia Nacional se hace de comer, se llevan sus portaviandas para todo el día porque no les proporcionan ni comida ni alojamiento”, explicó el candidato, cuya defensa es “nivel arma corta”, es decir, nivel medio, lo que implica tres elementos de la GN a bordo de un vehículo, todos con armas cortas (pistolas).
Por ello, y ante el temor de no quedar desprotegidos, algunos aspirantes pagan de sus recursos el hotel de los escoltas; sin embargo, no todos compiten en las mismas condiciones y algunos no tienen el dinero para hospedar o alimentar a sus escoltas.