Son 52 semanas de siete años, o sea son 364 semanas de estar en la sección editorial de Pulso para compartir palabras, ideas. Gracias por el espacio, gracias a quienes acuden a esta cita dominical de forma esporádica o sin falta, a quienes lo hacen forma callada y a quienes en la calle o en algún evento se acercan para saludarme, y a quienes me mandan algún mensaje para comentar el tema semanal, así sea para desmentirme o manifestar su desacuerdo.
Disculpen errores de dedo (mi mac ya está en las últimas), omisiones y errores, cada semana busco algo que sea actual, polémico e interesante, aunque también haya quien se queja de lo aquí plasmado.
Se nos llegan el otoño con su nostalgia, la fiesta de San Miguelito y otros aniversarios literarios, histéricos e históricos. Con todo y plagios y aliens y deudas se viene el último trimestre del año con su jálogüin, su chantolos y su anivdelarevs. Empieza el signo de Libra para quienes creen en el horóscopo.
Hace seis años escribí algo sobre el templo del Carmen, que creo se perdió en un cambio de servidor. Retomo parte de esa columna ahora en honor a San Miguelito, patronus del barrio más famoso de San Luis Potosí, cantera (literal) de cierta belleza de la ciudad y del estado.
“No me desampares ni de noche ni de día”, se oyen los rezos infantiles. Esa oración habla mucho de nuestros temores y esperanzas: ojalá haya “algo” que nos cuide. Tanto político socarrón y tanto zocavón son de temerse. Hay muchos cuya apariencia engaña. Por algo el título más usado en muchos libros es El ángel caído, con todas sus variantes de género y número, aunque los ángeles, se dice, no tengan género.
En su libro Sobre los ángeles Rafael Alberti escribió: “¡Nostalgia de los arcángeles! / Yo era... / Miradme. / Vestido como en el mundo, / ya no se me ven las alas. / Nadie sabe cómo fui. / No me conocen. / Por las calles, ¿quién se acuerda?”. Dice Jorge Luis Borges en El libro de los seres imaginarios: “Pueden prescindir de palabras; basta que un Ángel piense en otro para tenerlo junto a él. Dos personas que se han querido en la tierra forman un solo Ángel. Su mundo está regido por el amor; cada Ángel es un Cielo. Su forma es la de un ser humano perfecto; la del Cielo lo es asimismo...”
En cuanto al cine, son numerosas las representaciones del arcángel Gabriel ante María, o de Miguel (Miguelito para los cuates) espada en mano al tú por tú contra el demonio. O peleas (traiciones) entre los mismos arcángeles, como muestran Constantine (Francis Lawrence, 2005), con una genial y hermafrodita Tilda Swinton como Gabriel, o Legión de ángeles (Scott Stewart, 2010), donde Miguel defiende de Dios a un humano aún no nacido. En cuanto a novela gráfica la mejor opción es Sandman, de Neil Gaiman, donde en Estación de nieblas Lucifer renuncia a su reino de castigo y tortura y le “regala” con alevosía la llave al Señor de los Sueños (quien bajó al averno, cómo no, por amor y arrepentimiento), no sin haber liberado a almas y demonios. Morfeo (Sandman) debe elegir a quién se la dará a su vez: dioses nórdicos, egipcios, japoneses, hadas...
Que las palabras tengan alas o se echen a volar así nomás, aunque no tengan sentido para los de los presupuestos y los que presuponen. Digo palabras donde puede decir arte. San Miguelito los perdone.
A alguien se le ocurrió copiar (apropiarse, extender, etc.) la costumbre de regalar flores amarillas que tienen en el hemisferio sur. Acá tocan hojas secas, ocres, las que crujen a nuestros pies. Es temporada de que las flores amarilleen dentro de un libro; bienvenido, otoño.
https://alexandroroque.blogspot.com
Correo: debajodelagua@gmail.com
Twitter: @corazontodito
Posdata: dado que esta semana tocó estar en el Pueblo Mágico de Tacámbaro, Michoacán, como parte del VIII Encuentro de Poetas y Narradores “José Rubén Romero”, el Taller de Creación Literaria del Centro de las Artes de San Luis Potosí empezará el sábado 30 de septiembre. Queda una semana para inscribirse, ahí nos vemos.