Algunas pistas para la pedagogía política

En pocos espacios se respira y recuerda la historia como se hace en Jiquilpan, Michoacán. Los pasados 9 y 10 de octubre se celebraron las XLVII Jornadas de Historia de Occidente “Luis Prieto Reyes”, a las cuales asistimos para entender la magia de la preservación de la memoria y la promoción del pensamiento crítico. Las jornadas, que en esta ocasión giraron en torno a Educación e Identidades en la Historia de México, brindaron la oportunidad perfecta de revisitar desde los desafíos del presente algunos de los momentos más lúcidos y revolucionarios de nuestra historia.

Desde hace más de 40 años, estas jornadas son organizadas cuidadosamente por por la Unidad Académica de la UNAM en Jiquilpan, Michoacán, y por el Centro de Estudios sobre la Revolución Mexicana, Lázaro Cárdenas, el cual continúa siendo fiel a la razón por la cual fue creado: recordar las enseñanzas de Lázaro Cárdenas como “labor permanente, viva” y a través de ellas contribuir a la profundización y actualización de la Revolución Mexicana. Esto bajo el entendido que aún queda camino por recorrer para alcanzar la democracia, la justicia y el ejercicio pleno de la soberanía nacional y así hacer “cumplir los compromisos contraídos desde antes de 1910 y hasta el presente, con el pueblo de México” (Cuauhtémoc Cárdenas, 1976).

Es este profundo compromiso con el pueblo y la naturaleza de México demostrada durante su vida, el cual nos abre la puerta a comprender las ideas de Lázaro Cárdenas, y a buscar continuar con su labor de vida.

En las distintas ponencias pudimos hacer un recorrido desde el Calmecac y la educación en la sociedad mexica, hasta los grandes desafíos para la formación universitaria como factor de desarrollo en el México del siglo XXI; escuchamos importantes remembranzas y reflexiones desde diversos actores involucrados en el fenómeno educativo como las Instituciones de Educación Superior, los distintos programas y momentos de la educación básica y fundamental, y también de los retos formativos en episodios de insurrección y levantamiento popular. Pero los testimonios que más nos llamaron la atención fueron los relacionados con la obra e impacto educativos de Lázaro Cárdenas del Río, como gobernador, Presidente de la República y benefactor de esfuerzos de cooperación internacional como el Centro Regional de Educación Fundamental en América Latina, CREFAL.

En los tiempos presentes, frente a desafíos que asemejan y recuerdan a los de la época de entreguerras: basta ver la ineficacia de la comunidad internacional para detener el genocidio contra el pueblo Palestino en Gaza, o el porrismo institucionalizado en la política de persecución a migrantes de Donald Trump; la pedagogía política emerge como una trinchera prioritaria. Creemos importante ampliar los espacios y programas educativos en los que se promueva una inteligencia cordial y empática como la de Lázaro Cárdenas, que durante su vida pública fue capaz de sentir los deseos, retos y necesidades de la gente y traducirlas en políticas concretas que impactaron favorablemente en sus vidas. Ejemplos como este son imprescindibles. ¿Qué clase de programas formativos, desde la educación formal y no formal, desde espacios de extensión y de educación popular pueden ayudar a propagar este pensamiento, ese ideario emancipatorio y lograr aterrizarlo en programas que respondan y hagan sentido a las necesidades cotidianas de las mayorías que hoy padecen la desigualdad y la violencia? Necesitamos recuperar la lucidez y audacia del espíritu cardenista, la pedagogía política es un espacio clave para hacerlo.

(Integrantes de @pormxhoy)