vInicia un año con buenas expectativas para toda la humanidad, el año de la implementación de las vacunas, con gran optimismo poco a poco en distintas naciones del mundo se ha comenzado ya este proceso que se espera vendrá a derrotar finalmente a la pandemia. En un hecho sin precedentes en la historia de la medicina, y gracias a un gran esfuerzo de científicos en tiempo récord han logrado desarrollar este insumo que permite vislumbrar un halo de luz al final del túnel. El trinomio conformado por el ser humano, la ciencia y la tecnología, nos ha demostrado lo que esta generación de científicos fueron capaces de lograr, pues si bien es cierto tienen a su alcance más y mejores herramientas que sus colegas de hace apenas diez años, también lo es que la tenacidad y voluntad demostradas fueron determinantes. Como determinantes lo fueron también la voluntad del otrora hijo de un inmigrante turco quien llegó a trabajar hace más de cincuenta años a la Alemania de las pos guerra y que hoy es el director ejecutivo de BioNTech, Ugur Sahin, quien asociado del talento de su esposa -también de nacionalidad turca- la médico Tureci, le dieron al mundo una esperanza. De este entorno prometedor pasamos al otro extremo de las ciencias, las sociales, y en especial a la política; y es que, al tiempo en que el mundo es testigo de ese gran logro científico del que todos nos congratulamos, este año que inicia también puede convertirse en un año alentador para la política, pues entre las inercias de izquierdas y derechas con sus expresiones más extremas como en Venezuela o Brasil, sí hay una opción coherente que toma lo mejor de ambas y extirpa sus peores defectos, me refiero al pensamiento biconceptual centrista que cada vez cobra más auge en el viejo continente donde, para lograr “gobernabilidad” -ese vocablo que les encanta a muchos políticos potosinos-; han sellado alianzas igual con partidos demócratas cristianos que con socialistas moderados, y es que en un mundo que incesantemente busca equilibrios, el centro parece hoy una opción viable, los co gobiernos de Austria, Bélgica o Luxemburgo así lo demuestran, que otra forma de expresión política sí es posible. Así, con toda la intención, en estas líneas comencé hablando de la prometedora vacuna contra un virus, que finalmente la experiencia científica acumulada dio buenos resultados, en materia política la vacuna contra los nefastos populismos bien puede ser la opción centrista, finalmente una vacuna contiene al propio virus mitigado, que permite la formación de anticuerpos; en materia política contra las más rancias y extremas posturas de socialismo o de ultraconservadurismo, bien podría ser una opción (vacuna) el centro equidistante, una opción nunca experimentada en Latinoamérica, un punto intermedio que atempere apetitos farónicos mesiánicos, pero también los ánimos de avaricia del capitalismo voraz que existe, y que, con una auténtica vocación democrática se co-gobierne con una sola visión, el mejoramiento de las condiciones de vida de todas y todos. Así, estimado lector, iniciamos el año con varios anhelos, que la vida continúe, que pasemos de la sana distancia a la prudente cercanía para luego llegar al abrazo fraterno, que la vacuna en México se aplique a todos sin mezquindad y que en estas elecciones ciudadanos y candidatos estemos a la altura de las circunstancias que México exige, es cierto que aún hay muchos problemas en este hermoso país, pero estoy convencido que también hay una ciudadanía exigente y empoderada, un electorado silencioso, subestimado en ocasiones, pero que muy probablemente este(mos) valorando su (nuestro) voto por opciones no exploradas en el pasado pasado, ni en el pasado reciente, un sufragio ponderado en la razón con una visión distinta, porque como en esta columna se ha afirmado en múltiples ocasiones, pensar distinto es lo que nos llevará a solucionar los pequeños y grandes problemas, y como lo dijo Einstein: “La vida es como montar en bicicleta: para conservar el equilibrio, debes mantenerte en movimiento.” Bienvenido 2021.
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