- El día que se haya de escribir la biografía de Jacobo Payán Latuff, en mi personal opinión debería iniciar más o menos de la siguiente manera: “Como era su costumbre, Jacobo llegó temprano y ocupó lugar en su mesa favorita del café, pidió un americano y al mismo tiempo que conversaba se dispuso a hacer el negocio del día”. Y para cerrar el relato, no se me ocurre nada mejor que el par de líneas con que lo despidió la noche del lunes su hijo Jacobo: “Ya está allá arriba, tomando café, platicando de futbol y haciendo algún negocio”. Llegado el caso, no sé que resultaría más interesante: un relato biográfico clásico o una recopilación de su anecdotario. Nos ha dejado un personaje en todo el sentido de la palabra. A los suyos, un fuerte y solidario abrazo.
- No ha de pasar mucho tiempo para que se confirme que el martes, anteayer, fue un día negro para los mexicanos, incluidos desde luego nosotros los potosinos. Una vez que la llamada Reforma del Poder Judicial ha quedado sin obstáculo alguno para seguir su amenazante andar, debemos prepararnos todos para los previsibles problemas que generará su implementación y sus resultados. Hasta hoy todo han sido discusiones, desacuerdos, polémicas y algunas resistencias poco efectivas, pero en semanas estaremos inmersos en un confuso, costoso, riesgoso y en buena medida improvisado proceso para elegir por votación popular nuevos ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial de la Federación. Lo peor nos llegará cuando en seguida tengamos que hacer lo propio: reformas a nuestra constitución local y a diversas leyes -que sin duda se harán en forma expedita- para proceder a elegir a 16 magistrados y unos 70 jueces que forman el corpus del Poder Judicial del Estado.
- Conforme a los artículos transitorios del decreto que contiene la Reforma Judicial, los estados de la República disponen de 180 días -a partir del 15 de septiembre pasado- para proceder con sus legislaturas a hacer las reformas y modificaciones necesarias para armonizar las legislaciones locales con la federal. Es decir, para el 14 de marzo del año próximo deben estar aprobados, promulgados y en vigor los cambios legales necesarios. Vendría luego el complejo proceso de elección de jueces y magistrados, que no tiene fecha precisa pero sí el límite del 2027. En nuestras particulares circunstancias, a los potosinos nos convendría que esa elección se lleve a cabo lo más tarde posible, para que no sea Uñas Largas (si antes no viene la FGR por él. Ya les platicaremos) quien colonice juzgados y tribunal con sus incondicionales. Ese es un riesgo que verdaderamente espanta. Lo del retraso aplica porque ya con candidatos o candidatas a la gubernatura no la tendría tan fácil.
- El pesimismo de estos días se alimenta también del triunfo del energúmeno ese en el vecino país del norte. No olvidemos que hace ocho años, cuando todavía no tomaba posesión de la presidencia, con sus puras amenazas Trump hizo que la Ford desistiera de establecer aquí una gran planta armadora. En estas fechas no está en perspectiva ninguna inversión norteamericana de esa magnitud, pero yo no estaría seguro de que ya triunfador se abstenga de interferir con otras grandes inversiones que no sean de su agrado, como la de una empresa automotriz china que está a pocas semanas de anunciar su decisión sobre dónde instalarse. Dada la guerra comercial USA-China, y conocido el atrabiliario estilo trumpiano, nada tendría de extraño que les aparezcan piedras en el camino a los orientales y se vayan, no a otro estado mexicano sino a otro país.
- Un principio general de derecho contenido en diversas leyes establece claramente que todo acto de autoridad, para ser válido y acatable, debe estar “fundado y motivado”. Es decir, ninguna autoridad, desde el ayuntamiento más modesto hasta la Presidencia de la República puede disponer u ordenar nada, si no encuentra sustento en alguna norma escrita, ni tampoco si no hay un motivo o razón para la acción de que se trate. Dicho en lenguaje coloquial, de lo que se trata es que ninguna autoridad pueda ordenar algo por mis destos o simplemente porque le pareció bien. La administración gallardista pasó ya la mitad de su sexenio y es hora que no aprende de hacer las cosas como deben ser de acuerdo con la ley. Hablo de esto pensando en el arbitrario e ilegal oficio expedido por el Sistema Educativo Estatal Regular ordenando la suspensión de clases los días 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre, “para dar cumplimiento a las indicaciones anunciadas por el Gobernador del Estado, Lic. Ricardo Gallardo Cardona”. Así, sin ningún sustento legal ni una razón atendible.
- Para no hacer más densos estos comentarios, el oficio mencionado en el párrafo anterior se utiliza como ilustración. Véanlo ustedes: ni un fundamento en la ley ni un motivo válido. Pero no paran ahí las barbaridades, por no decir estupideces. Gallardo ordenó por sus puros calzones suspender tres días de clases en educación inicial, preescolar y primaria, pero sus atribuciones no le alcanzaron para que a los papás y mamás de esos niños les dieran el mismo asueto en sus trabajos, por lo que el puente escolar se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para miles de familias que no hallaban qué hacer con los niños que en lugar de llevarlos a clases hubo que dejarlos solos en casa, encargados con la vecina o la abuela, o de plano llevárselos al trabajo y ordenarles que se quedaran calladitos y sin moverse. De verdad que son notablemente tontos estos pelaos.
- Sin duda que en buena medida la impericia y falta de profesionalismo que todos los días exhibe el gobierno gallardista tiene explicaciones. Una de ellas, es que la inmensa mayoría de sus funcionarios de primero y segundo nivel no alcanzan a cumplir la curva del aprendizaje cuando ya los cambiaron. Este cambiadero no es una frivolidad que se agote en la nada, tiene repercusiones serias y socialmente costosas, como lo estamos viendo. A la mitad del trayecto, únicamente quedan tres de los integrantes originales del gabinete legal: Uñas Largas, doña Transparencia Vargas Tinajero y don Acorralado Noé Lara. Del ampliado ya mejor ni platicamos. Ustedes me van a perdonar, pero insistiré hasta el cansancio en que ninguno de los nombrados, corridos y removidos se puso solo. Los puso el que luego los corrió, lo cual no alcanza a disimular el hecho de que se equivocó al escogerlos.
- Los gallardistas que siguen descolocados por lo de las iniciativas antinepotismo y buscan la manera de consolarse oníricamente, dicen ahora que la prohibición de traspasarse cargos de elección popular entre parientes cercanos no impide que su patrón charro deje en Palacio de Gobierno a quien mejor le parezca, aún si es alguien de perfil tan deplorable como Hernández Villafuerte o Mamaleo. Puede ser, pero para algo así necesita el beneplácito de la dirigencia nacional del PVEM (ver el artículo 47 de sus estatutos) y quién sabe si estén tan dispuestos a decirle a todo que sí, aunque se ponga en riesgo el triunfo en las elecciones con un perfil tan poco competitivo. Aquí viene al caso comentar algo que quizá luego retomemos con más amplitud: al desaparecer, por no haber conseguido ni el 3 por ciento de la votación pasada, el partido ideado y promovido por los Gallardo -Movimiento Laborista- los dejó sin un instrumento propio para postular candidatos. Hasta hoy no han dado señales de querer formar un nuevo partido local, que sería suficiente para poder postular candidatos a gobernador, diputados locales y ayuntamientos.
- Cada día que pasa se confirma en los hechos lo que en principio era una teoría: las prisas, improvisaciones, desaseos y oscuros intereses con que el gallardato impuso la municipalización de Villa de Pozos, dio lugar a un engendro que quienes lo están padeciendo son los promotores originales de buena fe que viven en el nuevo municipio, y no los nuevos barones de la tierra que apresuraron todo para que si no hay agua ni quién recoja la basura no importa sino que alguien comience a firmar permisos de nuevas urbanizaciones. Tanta voracidad va a ser su perdición. De mí se acuerdan. He de insistir: no digo que se debió negar a los poceños la recuperación de su estatus de municipio, pero sí sostengo que debió hacerse con calma, cuidado y pulcritud. Eso hubiera llevado más tiempo, pero sin duda habría ahorrado las penurias y desordenes que hoy se viven. Situación muy peculiar, que no acabo de entender por qué, es la que al final vino a ocupar el ayuntamiento de la Capital. No fue el padre de la idea, no se opuso ni se resistió, pero todos los días le cargan el muertito y lo tunden como si fuera el responsable de todo el soberano desmadre que padecen en la ex delegación. Sospecho que no le pensaron bien.
- ¿Cómo cuánto tiempo será necesario para esclarecer quién es responsable o por lo menos sospechoso de lo que pasó en la Arena Potosí? Hace dos semanas se cayó una pesada puerta metálica, mató a un vigilante y lesionó a otro, y es hora de que en la fiscalía siguen fingiendo demencia. Ya lo dije pero es necesario insistir: al momento del accidente, el inmueble tenía escasos días de inaugurado, por lo que no hay necesidad de laboriosas investigaciones para ver si faltó mantenimiento a lo largo de los años; si hubo eso que se llama fatiga del metal o si fue el desgaste de los materiales. Nada de eso. Alguien cobró lo que no instaló y esto fue un mugrero, o alguien le dijo que lo hiciera así y se repartieron las ganancias. Pero tampoco hay mucho de qué preocuparse, ya viene corriendo doña Transparencia Vargas Tinajero con todo el expediente para aclarar cualquier duda. Ella es la responsable de la supervisión de la obra. Que no se haga.
- Buen rejón clavó en Palacio de Gobierno el comentarista político José Antonio Crespo, en una entrevista del pasado fin de semana con Brozo, durante la cual el muy malvado e insolente le dijo Capo a nuestro señor gobernador. Qué gente tan fea. Lo malo fue que el breve video se volvió viral y botó y rebotó no se cuentos miles o decenas de miles de veces. Crespo escribe una columna semanal en El Universal, y no es la primera vez que nos hace ese tipo de calumniosas ofensas. Lo va a castigar diosito.
- Algo pasó y de súbito la FGR se desamodorró, o la desamodorrarón, que para el caso es lo mismo.
Hasta el próximo jueves.