“La seguridad no es un accidente,
es un compromiso constante”.
La seguridad en planteles educativos (en cualquier nivel), debería ser una prioridad. Hace algunos años por razones de trabajo en el estado de Nuevo León, tenía que tener contacto con los responsables de la seguridad de El Tecnológico de Monterrey TEC, así como con la Universidad Autónoma de Nuevo León UANL.
La sinergia que tienen ambas instituciones, una privada y otra pública, con autoridades estatales es positiva y eficaz, pero, la seguridad implementada por ellos mismos hacia sus instalaciones, son de otro nivel de profesionalismo y tecnología envidiables.
Han asimilado la necesidad de la prevención, del control de daños y de las acciones en caso de emergencia ante situaciones de riesgo, desde rumores de hechos de violencia en el entorno universitario, el enfrentamiento con armas de fuego, la presencia de armas de fuego al interior, las amenazas y la extorsión, el riesgo de explosivos y la presencia y consumo de drogas y delitos sexuales, entre otras; les ha permitido convertir sus problemáticas y crisis en experiencias con aprendizaje seguro.
Y es que Nuevo León comenzó a sufrir las primeras manifestaciones de delitos de alto impacto y de violencia del crimen organizado en los inicios del siglo XXI y por lo tanto una serie de conductas violentas entre los regiomontanos, principalmente entre los jóvenes, que les obligo a reforzar sus medidas de seguridad universitarias.
Los regios creyeron, como otros estados del altiplano, que eran herméticos ante la llegada del crimen organizado y sus manifestaciones, los regios por sus ventajas económicas y los del altiplano por -mochos y conservadores-. Pero aparte, creían que tenían una fortaleza institucional para enfrentarlos (policías, jueces, cárceles, etc.), grave pifia.
Las instituciones universitarias lo vieron venir, un poco tarde el TEC (El 19 de marzo del 2010 ejecutan soldados del ejército a dos de sus alumnos en una confusa persecución y desconcierto de identidad con delincuentes al interior del TEC).
Se dieron cuenta que las metamorfosis de la violencia criminal, ya no era un tema de los que estaban estrictamente involucrados (cosa loro), ni de aislados “daños colaterales”, sino, de víctimas de la población civil, incluyendo a estudiantes universitarios.
TAPANCO: “Campus Universitarios Seguros”, es un tema de cultura estructural autónoma, de estudiantes, personal administrativo, docentes y expertos en seguridad, igual, de programas de capacitación, cultura de la autoprotección y responsabilidad mutua.
Teorizar que el foco más luminoso, o el célebre “botón de pánico”, son políticas de seguridad universitaria, es -hacerse como el tío Lolo-.
Un Entorno protegido, Comunidad Segura y Protección + Seguridad, por ahí.
X @franciscosoni