Recién se conmemoró el vigésimo quinto aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio Murrieta, político que en su momento identifiqué como un actor que satisfacía el perfil del liderazgo que necesitaba en el país en aquel momento, un líder y servidor público reformador, con visión social y humanista, y que conciliara los aspectos técnicos y políticos de la función pública.
En el imaginario colectivo quedó su discurso crítico, reflexivo y prometedor del 6 de marzo de 1994, con motivo del LXV aniversario de fundación del PRI en el Monumento a la Revolución, que ofrecía un diagnóstico personalísimo de la problemática social, económica y política, que incluía frases que calaron hondo no solo en la población, sino en la misma clase política, tales como “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla.”, entre otras.
De aquel discurso creo yo siguen vigentes muchos de los problemas del país, pero sobre todo, advertencias de que lo que se ha logrado en materia de democratización y federalismo, puede sufrir regresiones debido a la ineficacia y perversión en la ejecución de la toma de decisiones y la ejecución de políticas.
Algunos de los aspectos de ese discurso hoy relevantes para el país, que no solo siguen vigentes sino que debieran ser banderas políticas para seguir construyendo una democracia que sirva a todos los mexicanos, de cualquier estrato social y económico, son la unidad entre los mexicanos, la democratización de los partidos, la visión social del gobierno, la responsabilidad y rumbo económico, la participación ciudadana, y el equilibrio político entre poderes y órdenes de gobierno.
Retomo y transcribo frases que pueden dar más claridad de lo que pretendo exponer, a saber:
“Aquí está el PRI para mantener la paz y la estabilidad del país, para preservar la unidad entre los mexicanos.”
“Sólo los partidos autoritarios pretenden fundar su legitimidad en su herencia.”
“Los ideales de la Revolución Mexicana inspiran las tareas de hoy. La Revolución Mexicana, humanista y social, nos exige y nos reclama.”
“¡Cambiemos, sí! ¡Cambiemos! ¡Pero hagámoslo con responsabilidad, consolidando los avances reales que se han alcanzado..”
“¡México no quiere aventuras políticas!. ¡México no quiere saltos al vacío!. ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces!. ¡México quiere democracia pero rechaza su perversión: la demagogia!”
“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder. Concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas; al monopolio de iniciativas; a los abusos, a los excesos. Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto estrictamente a los límites constitucionales de su origen republicano y democrático.”
“Reformar el poder significa fortalecer y respetar las atribuciones del Congreso Federal. Reformar el poder significa hacer del sistema de impartición de justicia, una instancia independiente de la máxima respetabilidad y certidumbre entre las instituciones de la República. Reformar el poder significa llevar el gobierno a las comunidades, a través de un nuevo federalismo.”
¿Cómo ve estimado lector? ¿Cree usted que esas palabras de Luis Donaldo Colosio son vigentes en el contexto político actual? Yo creo que sí. Quienes coincidimos con sus ideas, honremos su memoria.
Twitter: @G_Rosillo