Hay ocasiones en las que “más vale comer camote que comer ansias”, dice un refrán popular, y parece que ni mandado hacer para los acelerados del movimiento denominado “Frente Nacional Anti-Amlo” que, “hoy, hoy, hoy” (diría Fox), piden la salida anticipada del presidente López Obrador. Pero, en efecto, tendrán que “comer camote” porque los tiempos de la legalidad para proceder al ejercicio de una revocación de mandato están contemplados hasta el mes de agosto de 2022. Sin embargo, la prisa corre para ellos porque, antes, en el mes de junio de 2021, tendrán lugar elecciones federales y locales que apuntan a una confirmación, más o menos generalizada, de la confianza ciudadana en el gobierno del presidente AMLO, aún y cuando éste no aparezca en las boletas.
También andan comiendo ansias algunos personajes controvertidos como el escritor Francisco Martín Moreno que quiere regresar a la época de la Inquisición, para colgar o quemar vivos a todos los simpatizantes de Morena en el Zócalo capitalino. ¿Será “México chamuscado” su próxima novela? Quién sabe. Lo cierto es que en 2018 se dio vuelo denostando a López Obrador y pidiendo que se frenara, como fuera posible, su inminente triunfo. Así como ahora deslizó lo que considera “una desafortunada metáfora literaria en las redes sociales”, entonces hizo lo mismo cuando, en un artículo titulado “La última oportunidad” (en “El Universal”, 22 de abril de 2018), sugería que el reto era elegir “un cazador” que fuera capaz no solamente de calmar la furia del tigre, sino de preferencia, que pudiera de una buena vez aniquilarlo.
En otro artículo anterior, titulado “La última llamada” (en “El Universal”, 8 de abril de 2018), Moreno planteaba que, luego de la enésima agresión verbal del presidente Trump a nuestro país, había que aprovechar un tardío llamado de Peña Nieto a la “unidad nacional” para… “convocar a los indecisos, sobre todo a los jóvenes, a votar por un cambio hacia adelante y no contrario al progreso”, advirtiendo que si Peña no se ponía las pilas para eso “podría ser acusado también de la catástrofe que viene”. Pero Peña seguía comiendo camote y no convocó a lo que pedía Moreno (no por falta de ganas, sino porque hubiera sido el colmo del descaro) y éste tuvo que guardarse su resentimiento largo tiempo. Catástrofe, última llamada, última oportunidad, fueron los escenarios recurrentes que obsesionaron desde entonces a Moreno.
En fin, comer ansias es el signo de los tiempos políticos presentes. Aplica también para no pocos aspirantes a un cargo de elección popular a los que ya se les “cuecen las habas” por andar en la pepena electoral. Otros, están a la espera de que se marque línea desde la influencia de grupos de poder político y/o económico. En suma, se trata de un comportamiento político anclado en la expectativa de ir un paso adelante del adversario que, empero, puede derivar, en dos pasos atrás. En el contexto electoral es previsible ese tipo de actos para enfrentar a los adversarios. Pero en el caso de los acelerados del “Frenaaa” y otras voces que radicalizan sus posturas al extremo de pugnar por la desaparición física del contrario, se revela una preocupante dosis de fascismo que se creía superado.
Tener al contrario como “enemigo” es una señal que nos debe alertar de los días aciagos en que la irracionalidad dejó una estela de dolor y agravios en la humanidad. Por eso, la cita de Martin Niemöller con la que AMLO responde a Moreno es más que actual