La Carta Magna, le dicen algunos. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos cumple 107 años de haberse promulgado y muchos no saben ni por qué es puente este lunes.
Hasta el año pasado la Ley Fundamental, como también se le llama, había sufrido (o gozado, pues) 748 cambios a su articulado mediante 252 decretos de reforma, y de 20 mil palabras que tenía en 1917 ha pasado a más de 80 mil, según un texto de la Dirección General de Ciencias Sociales (DGCS) de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Allí, los académicos del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Camilo Saavedra Herrera, Andrea Pozas Loyo y Francisca Pou Giménez explican su proyecto sobre “el hiperreformismo constitucional en México”.
“Siempre podemos conmemorar nuestra Constitución porque además de ser un ordenamiento jurídico es producto de nuestra historia. Debemos saber de dónde venimos y hacia dónde vamos”, dice Saavedra. “Hay alrededor de 114 artículos modificados y 22 que permanecen iguales”.
Si los derechos humanos “antes se pensaban como garantías que provee el Estado, ahora se conciben como cuestiones inherentes a las personas: el derecho al libre desarrollo de la personalidad, a la movilidad, y demás derechos económicos, sociales, culturales y ambientales”. Pero, ojo: “El goce y protección de estos no se agotan en la Constitución, sino que tienen que acompañarse de presupuestos, acciones de la administración pública, entre otros aspectos. Pareciera que modificar la Constitución se ha convertido en un fin en sí mismo y no una vía para solucionar determinados asuntos, como si al cambiar el texto automáticamente se transformara la realidad”.
A unos meses de que termine su sexenio, ya para despedirse, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha preparado un paquete de reformas costitucionales, entre las que se han mencionado una para evitar el maltrato animal y otras para prohibir el consumo de drogas químicas, en específico el fentanilo y los llamados vapeadores. La propuesta de reforma más sonada es para la elección directa y popular de ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de Circuito, y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), así como de otros órganos de administración y disciplina del Poder Judicial.
La polémica por supuesto ahí está, y por supuesto a veces no con razones sino con pasiones. La reforma sobre maltrato animal no sé si incluya las corridas de toros, también en bonita pugna, y las peleas de gallos, que curiosamente casi nadie ha mencionado. Las discusiones sobre la reforma al Poder Judicial, a algunos de cuyos integrantes el Ejecutivo ha llamado “traidorzuelos”, prometen ser apenas las primeras. ¿Costos, cuotas, intereses, campañas? En las elecciones intermedias suele haber menos sufragios que en las de la Presidencia. A veces ni en los comités de colonos o condóminos participamos...
“La ley se acata pero no se cumple”, es una conseja popular desde los tiempos virreinales. En lo local, hace poco se dio vuelo mediático a la ley para la gratuidad de estacionamientos en plazas comerciales, lo que sirvió para que el grisaceo Poder Legislativo se desperezara un poco, pero hasta la fecha no se ha aplicado. “El peatón es primero”, dice una bella mentira, desmentida por banquetas atroces y cruces cuasisuicidas. Hay pausa en las campañas, aseguran, y vemos por doquier que no es cierto.
Como dice la serie de televisión, una cosa es la ley y otra el orden, y aunque a veces se ponen de acuerdo puede fallar uno o intervenir un factor externo. Hay otras leyes, como la del embudo y la de Herodes, que ojalá se deroguen.
Voyme con estos versos de Pedro Bonifacio Palacios:
Sin meterme a Moisés de nuevas leyes,
doy al que pide pan, pan y puchero;
y el honor de salvar al mundo entero
se lo dejo a los genios y a los reyes:
Hago, vuelvo a decir, como los bueyes,
mutualidad de yunta y compañero.
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Posdata 1: descanse en paz el periodista Ruperto Salinas Candelaria, una voz y un presencia imponentes en toda una época de la radio potosina.
Posdata 2: Ya vienen carnaval, miércoles de ceniza y san Valentín, y los viernes de vigilia. ¿escribimos o qué?