Rufina Josefa Chova, maestra de Gramática, era dueña de excelentes prendas físicas. Quizá por eso el profesor de Física se enamoró de ella. (Es de saberse que también los catedráticos de Física se enamoran, lo mismo que los de Química, Matemáticas y Filosofía). Un día le dijo con emoción romántica, puesta la mano sobre el corazón: “Rufinita: la veo y palpito”. Replicó ella, indignada: “¡Yo no soy para eso que dice usted! Y no diga ‘pa’. Se debe decir ‘para’”. (No le entendí). Aquella pareja sostenía su enésima pelea. “¡Me voy a casa de mi mamá!” -gritó ella. Clamó él: “¡Y yo me voy a mi casa con mi esposa!”. (Decía Marx el bueno, Groucho: “No sé por qué la gente habla tan bien del matrimonio. De no ser por él no habría adulterios ni divorcios”)... Cuatro caminos tenía José Alfredo. Ninguno parece abrirse ahora ante Marcelo Ebrard, si no es el de retirarse dignamente a la actividad privada. Su permanencia en Morena es imposible, pues no validó el dedazo de AMLO en favor de la que siempre fue su corcholata favorita. Eso no se lo perdonarán ni la tal corcholata ni quien la destapó aunque no estaba tapada. Si después de su inicial rabieta don Marcelo reconsidera las cosas; si recula -aunque se oiga feo-; si se olvida de las “incidencias”, como llamó con medroso eufemismo a las burdas manipulaciones dirigidas desde el Palacio Nacional para imponer a Sheinbaum; si finalmente da su apoyo a la heredera del bastón de mando, se le tildará de acomodaticio y buscador de chamba. Si respalda la candidatura de Xóchitl Gálvez será tachado de advenedizo por unos y de traidor por otros. Peor aún: si enceguecido por el despecho acepta ser postulado por el MC dañará gravemente a México, pues dividirá a la oposición y favorecerá con eso a López en su designio de mantener el poder a través de quien, todo lo indica, seguirá siendo su corcholata aunque lleve ahora el ridículo bastón de mando y ciña después la banda presidencial. Eso si Sheinbaum logra vencer a la abanderada de la oposición ciudadana, cuyo carisma y buenas cualidades le irán ganando la simpatía de los electores, que verán a la candidata gobiernista como más de lo mismo. Volviendo a Ebrard, parece ser que ya no volverá. En el mejor de los casos recibirá algún premio de consolación por parte del caudillo, lo cual también hará que se vea mal. Es una pena, porque el ex canciller posee méritos que habrían hecho de él un buen Presidente. Hoy por hoy, según se ven las cosas, tendrá que irse a su casa a escribir sus memorias mientras le llega el olvido... Habitación número 210 del popular motel Kamawa. El galán cortó ahí la flor de la doncellez de su inocente novia. La muchacha se echó a llorar desconsoladamente al ver perdida esa preciosa gala. En el Colegio de la Reverberación sus maestras le habían ponderado el valor de la virginidad. Solía decir sor Bette, la madre superiora: “La lana virgen vale mucho más que la común y corriente”. Cierto día, en un paseo por el campo, la sor y sus alumnas vieron a una gallina que corría perseguida por el gallo. Atravesó la gallinita el camino y fue atropellada por un raudo vehículo. “Aprendan, niñas -les dijo la reverenda madre a sus alumnas-. Prefirió la muerte a la deshonra”. Pero advierto que he cortado el hilo de la historia. Anúdolo y sígola. Sollozó llena de aflicción la linda chica tras haber entregado su virtud al joven con quien sostenía relaciones. Él la consoló: “No llores, vida mía. Mañana mismo iré a pedir tu mano a tus papás, y nos casaremos la próxima semana”. “Bueno -enjugó sus lágrimas la muchacha-. Entonces vamos a echarnos otro”. FIN.