“384 mil policías VS
33 millones de delitos”.
El Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica MNPJC, simbolizará serios obstáculos de implementación cómo lo fue el Modelo de Policía Acreditable de hace dos sexenios.
En el 2010 la idea y la ruta era casi la misma, vía SNSP a través del Consejo Nacional de Seguridad, las Conferencias Nacionales, y los Secretariados Ejecutivos del SNSP de los Estados, para alcanzar un modelo de policía a nivel nacional que tuviera como mínimo: Una Unidad de Análisis Táctico, una de Investigación y una de Operaciones.
El Modelo Estatal Acreditable pretendía, cambiar la operación reactiva por una proactividad preventiva que se apoyaría en la investigación para la prevención y acercamiento a la sociedad; Que hubiera nuevos esquemas que fortalecieran la planeación, captación, análisis y explotación de la información; El prevenir y combatir el delito a partir de la generación de inteligencia que reconociera incrementar las capacidades en la prevención de conductas antisociales; y una alineación de los cuerpos de seguridad preventiva, ministerial y de custodia a los modelos federales. ¿Qué paso? Nada.
El reciente modelo de policía incluye a los Municipios como punta de lanza y proyectan que: Haya proximidad social; Patrullaje estratégico para la prevención; Estado de fuerza óptimo; Atención a las víctimas; Recepción de denuncias; Justicia Cívica con trabajo a favor a la comunidad; e Investigación.
Tres apuntes al respecto, primero: La proximidad social, obsoleta el concepto de la nostálgica policía de barrio de los Estados Unidos POP, sería necesario una reorientación. Hoy por hoy, diversas policías municipales y estatales no saben el pulso de la problemática delincuencial en su zona de operación, son extranjeros en territorios conocidos. Es como sí dieran por hecho que los patrulleros en su recorrido diario (pasear sin información y sin objetivos), tienen la posibilidad de asumir en solitario la responsabilidad del orden público de una colonia, barrio, o fraccionamiento, sin el apoyo del resto de las dependencias e instituciones sociales que son coadyuvantes para la real proximidad social, ahora sí, de la gente a las instituciones, no a la inversa. Por otro lado, “Academias de Policía” (Asilo y cabida de cuotas políticas), no están procesando bien el problema de la formación de nuevos elementos hombres y mujeres en una cultura diferenciada de un cuerpo de policía sociable, empático y menos distante. El policía asume de hecho desde sus inicios que es mal visto en la sociedad, requerido, no para resolver problemas, sino para aplicar la fuerza, sí se puede. Dejó hace muchos años de ser una figura de autoridad, no puede aunque quiera generar proximidad. Sí los mandos exclusivamente tienen proximidad con la “élite” y les va mal, que esperar del policía pie a tierra. Tal vez una Policía Comunitaria “controlada” en algunas zonas del país -de ellos para ellos-.
Segundo: la Investigación, todos los policías a investigar, únicamente ministeriales estatales o federales que dependan de una Fiscalía, ya es inviable. Aplaudo que se aborde el tema, sin embargo se meten al terreno de la investigación proactiva, que no es lo mismo que la investigación para la prevención, y de una relación estrecha con el MP a fin de actuar bajo su conducción y mando para garantizar la legalidad de los actos de investigación. El Derecho Romano sigue gravando y entrampando, son tiempos de emigrar al -common law-, en donde las policías en lo general tienen capacidad de investigación al principio de la denuncia y son más o menos independiente de los fiscales, quienes inclusive agradecen a los policías de condados y sheriffs que les aporten información.
El fantasma de la averiguación previa persiste. Sí la investigación en México continúa fragmentada a la etapa estrictamente de la Investigación en el sistema acusatorio y en manos de unos pocos, es sinónimo de impunidad. En otros países la investigación no tiene etapas, es investigación y punto. Y como bien dicen, el ciudadano común no repara en distribuir responsabilidades entre la policía, el Ministerio Público o los Jueces: Si los delitos quedan impunes, percibe que el trabajo de la Policía no es efectivo. Según Hallazgos 2017 de México Evalúa, la impunidad en el sistema acusatorio a nivel nacional es de 87.3% y en S.L.P. de 95.7% (Estas vacaciones al respecto de la investigación policial, ver “Fargo” en Netflix).
Tercero: Estado de fuerza óptimo, misión imposible con pseudopolíticas simbólicas estrictamente de reclutamiento, sin legitimación y misión de un Derecho de Policía. El “I want you for police” ¿Cómo para qué? Apremian Inscripciones y Matriculaciones en Universidades de Criminología, Seguridad y Justicia.
TAPANCO: Hace algunos años exterioricé un anteproyecto, nada del otro mundo, sencillamente que con la inminente llegada del sistema acusatorio, era importante contar con una institución solida de seguridad y justicia: Una Fiscalía autónoma que mantuviera bajo su control a la policía estatal y las cinco municipales más significativas. Se prescindía de la Secretaria de Seguridad Pública que se convertía en una Comisaría General, que junto con el Comisario General de la Ministerial trabajaban en una sola cadena de mando de prevención, investigación y reacción. Pasado el tiempo, un amigo me dijo, que no les gustó la idea al gobierno entrante, -Que porque era mucho poder en una sola persona-.
Optimista con cautela, espero que se aplique en los Estados y Municipios el MNPJC correctamente, no obstante, algunos Gobernadores y Presidentes Municipales “voluntad política”, están por concluir su mandato y sus instituciones carecen de los recursos humanos, financieros, materiales y de la estructura, capacitación y marco legal necesario y adecuado.
Los abandonó dos semanas.
Francisco.soni@uaslp.mx
Twitter: @franciscosoni