La frase más humilde que puedo decir es: “sin Dios no soy nada”. Pero la más poderosa es: “con él lo puedo todo”.
Se están presentado dos corrientes de opinión, respecto al superpeso mexicano. Una es la triunfalista, que menciona que nuestra economía y nuestra moneda son tan o más fuertes que las del primer mundo, y la otra postura opina que con la experiencia que se tuvo en los años 90´s en Japón, cuando las grandes economías ajustaban sus saldos, originaron que el yen japonés (JPY) se revaluara, y esa operación no duró mucho, al final tomó su valor real (según su economía) y le costó al país y al sector productivo mucho dinero. Durante esta semana, el peso aparece en las primeras posiciones como la más apreciada (frente al dólar americano) y con ello, se tiene la idea que nuestra economía está mejor que la del vecino del norte, error. Se insiste que es la visión de los inversionistas en el uso de las finanzas públicas, siendo que este sexenio la deuda pública crecerá en un 48 % en relación al año 2023 y un 59 % en el sexenio y con ello, su pago de interés. En el 2018, la deuda publica se dejó a 11 billones de pesos. En el presupuesto del 2024, se autorizó un adeudo de 1.7 billones de pesos.
Se comenta que el tener altas tasas de interés por parte del Banco de México (BANXICO) es el resultado de una alta inflación y hay que tener presente que es un capital golondrino el que invierte a corto plazo. Se apoya también este fenómeno con las exportaciones mexicanas, principalmente a Estados Unidos, a quien le vendemos el 16 % de sus compras totales. Este hecho sí beneficia al país, sin embargo, al sector exportador lo ha afectado mucho, pues de recibir 20.40 pesos por dólar exportado, ahora reciben 16.60 pesos y sus materias primas siguen aumentando en México. Este sector, es quién ha sacado al país en cada ocasión que se han presentado las devaluaciones, sus ingresos nos ayudaron y se recibía un apoyo del Gobierno Federal, el cuál ya lo desaparecieron. Otro factor muy importante que sí fortalece al peso mexicano, es el gran flujo de remesas. México es el 2º. País receptor a nivel mundial con un movimiento de 63 mil millones de dólares durante el año 2023. Sólo que ahora las familias receptoras de ese dinero, compran menos bienes, ya que en nuestro país la inflación “oficial” no llega al 5 % anual y la inflación de la calle es cercana al 10 % anual. Entonces, sí lesiona el superpeso a la economía de miles de familias.
La paridad peso-dólar, es igual a la del 2015, de 16.60 por dólar, sin embargo, la debilidad temporal qué presentó el dólar, fue debido a la extraordinaria derrama de dinero en apoyos que llevó a cabo el Gobierno de Estados Unidos a toda la población durante la pandemia, y con ello afectó sus finanzas públicas. El excedente de dólares de las exportaciones, de remesas y turismo, sí dan fortaleza al peso mexicano, sólo que, como todas las monedas, este hecho tiene dos caras, y el lado negativo ya lo mencionamos en los párrafos anteriores. El periódico El Financiero estima que en esta baja paridad es difícil pronosticar el tipo de cambio real y el momento en que deba iniciar su valor, pues una volatilidad brusca, sería muy riesgosa para las inversiones y los créditos.
La SHCP, en sus precriterios de política económica para el 2025, estima una cotización de 17.80 pesos al cierre de este año. City Banamex espera en la misma fecha una paridad de 18.20. La oportunidad de tener un superpeso, es aprovechar el momento para comprar maquinaria y equipo en dólares y si es a crédito, adquirir un seguro para proteger el tipo de cambio. Las inversiones del nearshoring, sí influyen en una buena economía, sólo que tengamos presente algo: así como están saliendo de Asia las fábricas y los capitales, en cualquier momento también podrán salir de México. Así de fácil. La moneda es redonda para que ruede.
P.D. La gracia de la victoria empieza
cuando otros te quieren ver caer.
CONSUMA LO HECHO EN MÉXICO
Y ESTARÁ DANDO TRABAJO A MEXICANOS.
¡MÉXICO ES PRIMERO! Abril del 2024.