En esta ocasión tengo el enorme agrado de compartir líneas con una amiga y colega a quien verdaderamente aprecio, la MDH. Fátima Viera Gutiérrez, quien nos compartirá su preocupación por un tema de salud, el cual, debiera ser tratado desde una arista de género exclusivamente. Sin más preámbulo he aquí su participación.
El cáncer de mama es un problema de salud pública, al grado que el 19 de octubre de cada año se conmemora el día internacional de lucha contra el cáncer de mama, con el objetivo de sensibilizar a la población con un mensaje clave, la importancia de la detección oportuna, a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de las mujeres, lo cual sigue siendo la piedra angular ante la lucha contra esta enfermedad. En torno a este día, el listón rosa es el símbolo de quienes se suman a la campaña y es usual ver a los diversos funcionarios públicos portándolo simbólicamente, aunque sus acciones no sean congruentes con la sensibilidad que requiere atender esta enfermedad, pero ¿realmente la autoexploración es la piedra angular ante la lucha contra el cáncer de mama? ¿existen otras formas de detección, prevención y tratamiento? ¿Qué dicen las estadísticas?
En octubre del año pasado me detecté un nódulo extraño en la mama derecha y acudí a realizarme un ultrasonido en el que se confirmó que ese nódulo en realidad era un tumor de 3 cm, también se localizó un tumor de 1 cm en ganglios axilares, el cual yo no había detectado pero que me dolía todo el tiempo y como muchas hacemos, no le hice caso, después de este estudio vinieron muchos más y ninguno era concluyente, me vi en la necesidad de investigar y descubrí que ya se hacían pruebas para detectar mutaciones genéticas relacionadas con el cáncer de mama, se llaman mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2 y se hacen por medio de una muestra de sangre. Acudí al servicio médico que me proporciona mi trabajo en el gobierno municipal y me encontré con la burocracia, no me quisieron dar el pase para realizarme dicho estudio. Ante este panorama decidí realizar el estudio por mi cuenta, el resultado dio negativo a mutación genética para cáncer de mama. Aclaro que este resultado solamente representaba el 70% de un diagnóstico, pero me dejó mucho más tranquila. Seis meses después el tumor seguía creciendo y me generaba dolor por lo que se me realizó cirugía para extracción de ambos tumores que resultaron ser fibroadenomas.
Vivir esta situación me hizo pensar en el enfoque que desde las distintas áreas de las administraciones Estatales, Municipales y Federales se les da a las campañas que conmemoran la lucha contra el cáncer de mama, pues únicamente se enfocan en la autoexploración, que es la forma más económica de detección, aunque no es la más oportuna, y no se habla de la parte que le corresponde al Estado, que es garantizar lo que viene después de la detección, el diagnóstico y el tratamiento dejando de lado otra forma de detección y prevención que se puede realizar antes de la localización de algún síntoma de cáncer, como son la pruebas genéticas las cuales nadie hace y nadie regala.
Me causa especial indignación que regalen mastografías, claro tomando la foto correspondiente para difundir que están “trabajando” y crean que ya con eso están cumpliendo con la obligación de garantizar la salud. Pero este estudio solo implica el comienzo de un largo camino para obtener un diagnóstico, parece una burla que se regalen estudios de este tipo, como una dádiva y como un acto político como si se nos estuviera haciendo un favor a las mujeres, mientras que no se garantiza el tratamiento y desde luego, la realización de la prueba genética, que, si bien es solo una parte del diagnóstico, sí representa una verdadera forma de prevención pues por medio de esta nos podríamos dar cuenta de si tenemos la mutación genética o no y así podríamos tomar acciones para la prevención. Considero que el no incluir la información sobre este tipo de pruebas en las campañas sobre el cáncer de mama genera que no se inserte en el ideario colectivo su existencia pues, creo que si supiéramos que existe otra forma de detección seguramente solicitaríamos que nos la realizaran y pediríamos que se incluya en los sistemas de salud. Seguimos creyendo que la única forma de prevención es la autoexploración, porque ese ha sido el discurso político.
De acuerdo con las estadísticas arrojadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que cada año en las Américas, más de 462 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama y casi 100 mil mueren a causa de esta enfermedad, por lo que creo que es importante cambiar el enfoque de las campañas de prevención del cáncer de mama y desde luego exigir que se incluya el estudio genético y la mastectomía bilateral reconstructiva en los sistemas de salud.
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