Vi este informe presidencial, uno de más de cincuenta a lo largo de muchos sexenios. Sí ¡pocos me he perdido! y confirmo que antes podían ser malos, pero no tanto… como la corrupción e inseguridad.
Era, miren, una de mis obsesiones con los rituales de esa investidura desde muy niño. Antes había algo de lógica y admiración, que se han perdido entre la deshonestidad y la simulación de gobiernos anteriores y del actual.
El informe tuvo una virtud (la brevedad) e incontables defectos: Omisiones, manipulaciones, repeticiones, datos no comprobables… En todo esto caían también los presidentes anteriores, pero ahora se trató más bien de un mensaje tras tantos informes y mañaneras en 21 meses.
En cuanto a la pandemia se fue la oportunidad de hacer un análisis serio, y la gestión federal se festejó como un éxito. Me queda claro que prefieren no reconocer las enormes y evidentes fallas en los pronósticos ni las estrategias erróneas e incompletas que llevaron a mentir y mentir a fin de actualizar y encubrir. De eso, pasaron a buscar otros culpables ya conocidos (alimentación, neoliberalismo…).
Incluso se ha llegado a decir que “vamos muy bien” y somos un ejemplo para el mundo en el manejo de la Covid-19, lo cual no se sostiene de ninguna manera. México es el peor país del orbe en muertes por Covid de personal médico (1410) y está entre los cuatro con más muertos registrados y mayor población que nosotros.
Japón es otra cosa. Con la misma población que México y sólo 1350 muertos de Covid frente a 67 mil acá, al renunciar el Primer Ministro, Shinzo Abe, pidió perdón por su gestión de la pandemia y dijo “hay cosas que debimos haber hecho mejor”. Se trata, señores López Obrador y López-Gatell, de humildad y honestidad.
Bueno, resulta increíble que se diga precisamente la inversa de la realidad en el manejo de la economía o la capacidad para gobernar… Destacan frases: el mejor gobierno, en el peor momento; soy el segundo jefe de Estado mejor evaluado del mundo; ya no hay masacres ni asaltos; en lo económico ya pasó lo peor y muchos países nos quieren copiar. Nada las prueba frente a lo opuesto.
De los spots, Forbes resalta que tienen el aire de una campaña política… además de ser falaces en aspectos como el culto a la personalidad del presidente hacia las elecciones. No repito aquí las trampas pero me pregunto si será posible engañar a casi todos a lo largo del tiempo. Incluso vienen meses en que la propaganda oficial se tendrá que enfrentar a la realidad del desastre económico-social, y varios pronósticos nacionales o estatales se podrán modificar.
Les interesa hoy la popularidad del mandatario, su imagen con miras a las elecciones, no la eficacia ni los resultados. Y el nivel de la discusión anda tan bajo que a quienes afirman que es “el peor” del mundo, se les contesta que es “el mejor” (o el segundo, y no es para presumir). Infantil, pues.
Igual recordemos que, en la transición española de 1975-82, se dio una transformación de verdad por medio de acuerdos o pactos políticos, no con desacuerdos o desafíos polarizantes como se pretende acá. Los ataques y la desunión fortalecen al líder ante sus fieles, pero sin una visión nacional no se sostienen los intentos de cambio.
Entre todo ello, el estado de ánimo de la pareja presidencial se nota ya bastante negativo (frustraciones y depresiones o amarguras), lo que se disimula en el caso de él a partir de la experiencia y sus mañas. No nos metemos en cuestiones personales pero interesa al afectar aún más una serie de decisiones muy relevantes para el país.
En fin, la historia podrá relatar un fracaso al elevarse el número de pobres por la desgracia económica y la necedad en contra de ciertos esquemas de solución (el cubrebocas, la recuperación de empleos) con el apoyo de aduladores tan temerosos como incompetentes. Al parecer, el populismo corrupto y anti-liberal se pone como fecha límite el 1 de diciembre.
* “SÍ. ME HICE LA prueba de ‘estar hasta la madre’… y les informo que di positivo”. Así se señala en mi tuit de hace un par de días.
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