Esta tarde

Estamos ocupados desocupándonos o inventando un mundo nuevo de ocupaciones que eclipsen o diluyan los acontecimientos y nos dejen creer que nuestra realidad no ha migrado a la ficción.

La tarde huele a terminación de año, a recuerdos en los aromas de una luna que decrece mientras embellece sobre nuestras ventanas desde donde las miramos.

El mundo es un bello lugar común al que le hemos impuesto un peso a través de nuestras historias de progresos y avances en pro de una mejor vida, de un eslogan tan antiguo como los feudos de los poderosos y los harapos de los sin casa.

Nos hemos dado cuenta que el caos es parte de la vida, así como la muerte también lo es y que, las intenciones no son suficiente para desvanecer siglos de deterioro humano sobre la naturaleza y los elementos.

Pero este bello lugar común nos alberga desde que sólo éramos una idea en la mente universal que nos creó y por eso aún desde nuestra zozobra global, desde nuestra limitación individual, pero también desde nuestro ingenio y nuestro más noble sentido de supervivencia, es importante que sopesemos nuestra relación con el suelo que nos soporta, la tierra en donde se cultivan nuestros alimentos y el aire que respiramos.

Hemos llegado como humanidad a un punto de inflexión que nos permite reorientar nuestros caminos como un colectivo que busca que cada uno de sus integrantes acceda a lo necesario para llevar una vida sana y segura.

Hoy desde esta tarde que tiene clima de verano y aroma de invierno siento un aire que renueva y nos permite pensar que podemos ser mejores como especie, como pueblo, como nación o como individuos.

Si los casi nueve meses que llevamos en confinamiento -con diferentes variaciones- no nos permiten reconsiderar la vida, no sé qué podrá movernos para cancelar tanta injusticia y empezar a asumirnos como una sola entidad. En ello se nos irá la vida pero al menos se nos irá construyendo un sendero sobre el cual otros puedan imaginar otra forma de habitar el planeta y otra forma de ocupar una tarde tan  bella como ésta.