Familia y escuela Capítulo 27: Personal de apoyo

En todo proceso social, laboral, educativo y familiar, la forma de realizar las tareas que se desarrollan, pasa por la intervención de múltiples personas, las cuales están distribuidas de diferentes formas y con diferentes funciones.

En una visión tradicional, la estructura jerárquica en la que se divide a los actores de todo proceso, es directamente vertical; en donde, está más que claro quién manda y quién obedece, quién paga y quién recibe el sueldo, quién es el patrón y quién es el obrero, quién es el director y quién el docente.

En esta visión de jerarquía tradicional, por lo general el denominado “personal de apoyo” tiende a ocupar el lugar más bajo en la clasificación de empresas, oficinas, familias  y escuelas, entre otras más; reflejándose en las categorías de salarios, prestaciones y en algunos lugares (no pocos) hasta en el trato que se les brinda.

Por fortuna, en algunas instituciones (todavía muy pocas) el término: “personal de apoyo” ya desapareció, porque se implementa una visión integral, en donde se considera al grupo como un “gran sistema” conformado por partes y cada una de ellas, con su función claramente definida; de esta forma, las personas que integran cada parte, saben que su trabajo es muy importante, porque un error o falla de cualquiera de ellas, aún en la más pequeña, afectaría a toda la “gran maquinaria”.

De esta forma, el éxito de cualquier institución, fábrica, familia o escuela, depende del reconocimiento a la importancia y el correcto funcionamiento de todas las personas que la integran.  

Uno de los ejemplos que mejor muestran esta forma integral de funcionar como sistema social, sin duda es el “Equipo médico” o también nombrado como: “Equipo de salud”. Todos sus integrantes tienen claramente establecida su función y lo que antes era una jerarquía ocupada en la cúspide por los médicos especialistas y jefes de área y “en descenso” estaban los médicos generales, enfermería y otros, hasta llegar al personal de limpieza, vigilancia y todos los trabajadores aparentemente no relacionados directamente con el área de la salud; ahora todos sin excepción, forman y son reconocidos como parte importante de este

gran equipo.

Hasta la más complicada y especializada operación, realizada por los expertos cirujanos con reconocimiento internacional, no sería posible, sin la correcta intervención del área de limpieza y desinfección que dejó el quirófano, instrumental y ropa en condiciones asépticas adecuadas.

Para la educación y formación integral diversificada, todos los elementos son importantes, los que están dentro de la escuela, como los que están fuera de ella; el espacio, la infraestructura, los medios de comunicación, las familias y una larga lista, que directa o indirectamente participan de educar y formar a todos los integrantes de una sociedad.

Todavía en muchas de las escuelas y núcleos familiares, su forma de funcionar pasa por la visión tradicionalista de jerarquía, en donde el “personal de apoyo” no cuenta con el reconocimiento social y económico necesario para la importancia que revisten sus actividades.

“…ayer, al entrar a la universidad,  uno de los alumnos sufrió un ataque epiléptico, no sé qué hubiera pasado si Martín, uno de los vigilantes en la caseta de acceso, no hubiera actuado así de rápido…” “… en la secundaria donde trabajo, cuando estaba en clase con los chicos, de repente, una de las lámparas del techo tronó y empezaron a salir chispas, la verdad no supe qué hacer; en eso llegó Raúl, el conserje, quien había visto lo que pasaba y rápidamente intervino…” “…Lupita ya es como de la familia, tiene varios años con nosotros, ayudándonos con el quehacer y la comida en la casa, la verdad no sé qué haría sin ella, porque trabajo y no me alcanza el tiempo…”

En efecto, el óptimo funcionamiento de familias y escuelas, depende de la labor de todos sus integrantes, a manera de un “gran equipo” incluyendo ya en ellos, lo que tradicionalmente se conocía como el “personal de apoyo”, pero ahora como un elemento con funciones específicas y reconocidas como importantes para el logro de los objetivos del grupo

“…cómo recuerdo ese episodio del “chavo del ocho” donde el profesor “Jirafales” para encontrarse con “Doña Florinda” le encarga el grupo escolar a “Don Ramón”; cuando regresa, grande fue su sorpresa al descubrir a todos los alumnos totalmente motivados e interesados en la clase, sobre los peligros de ingerir veneno y con la electricidad,  que de manera emotiva y hasta divertida estaba dando, a grado tal de dejar sorprendido a “Jirafales”, quien efusivamente le dice: ¡Bravo! ¡Lo felicito! …bueno, (contesta) cuestión de usar un poquito la “pepsicología”…”

Desde luego que no se trata de suplir cabalmente las funciones del otro integrante, sino de desarrollar y desempeñar las propias; sin embargo, estamos ya en disposición de reconocer la relevancia que tienen las personas que durante mucho tiempo fueron clasificadas “

de complemento”.

A grado tal llega la importancia de las funciones que desempeñan estas personas, que acceden a información que “desde arriba” no es posible observar; tienen una posición privilegiada en la estructura, que puede pasar desapercibida para la mayoría, pero que para los que poseen una visión integral, los saben aprovechar muy bien.

Es así como en muchos de los casos, la trabajadora doméstica se da cuenta antes que los padres de familia de algún problema que sucede con los hijos; o el obrero, al estar laborando en área operativa, vislumbra un problema en el acomodo de las máquinas, que puede llegar a provocar un accidente. 

En las escuelas, el personal de intendencia percibe conductas y áreas que son potenciales riesgos, pero, además, cuentan con la estima de la mayoría de los alumnos, a grado tal que se acercan a ellos incluso, en algunas ocasiones, con mayor confianza que a ciertos docentes, prefectos, orientadores o autoridades educativas.

Reconocer su labor, considerarlos realmente como parte del grupo y no solamente como “apoyo” o “complemento” es una tarea pendiente, que más allá que cumpla con una razón de inclusión social, representa aportes importantes para el adecuado desarrollo del lugar e institución donde laboran.

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