Familia y escuela Capítulo 60: La metamorfosis del pensamiento

Una de las principales encomiendas que la educación integral diversificada persigue, es sin duda, el propiciar en las personas la evolución de su pensamiento básico, hacia una forma avanzada, crítica, dialéctica, proactiva, potenciadora de proyectos de vida y, sobre todo, conformadora de la personalidad del SER – HUMANO.

Esta evolución en las personas, se manifiesta de forma asombrosa; equiparable con la portentosa transformación por la que pasa en su ciclo de vida la mariposa.

HUEVECILLOS: “se está gestando el desarrollo del nuevo individuo, alimentándose de la sustancia que le rodea, hasta quedar conformado y listo para romper su cascarón y salir al mundo…”

El ser humano dentro del vientre de su madre, recibe alimentación, así como las características genotípicas, entre ellas las funciones cerebrales, que se van acumulando a lo largo de las semanas, hasta completar su ciclo y estar listo para salir.

ORUGA: “llegado el momento, emerge el gusano, el cual con un apetito insaciable, devora todo lo que sea posible, para asegurar su crecimiento; es evidente su fragilidad y limitación de desplazamiento; su desarrollo, aunque incipiente, es notable al ir adquiriendo paulatinamente fuerza y volumen”

Los niños en sus primeros años, “devoran” todo lo que pasa por sus sentidos y aunque todavía su pensamiento y orden de ideas es primario y básico, la cantidad de conocimientos adquiridos y almacenados es impresionante.

En esta etapa, su estadía con la familia y sus primeros años en la escuela, resultan fundamentales, porque brindan las bases para que se comience con el desarrollo de actitudes que demuestran la necesidad de “ir más allá” y no conformarse únicamente con lo que ven y escuchan; preguntan, indagan, exploran, cometen errores y realizan “travesuras” en su afán de saber cada vez más.

CRISÁLIDA: “tomando su propia piel, al mudar, la oruga comienza a encapsularse, comenzando así la preparación para su última transformación; queda aislada del mundo exterior, como si fuera un espacio privado o vestidor, que le servirá de antesala para cambiar su apariencia”

Esta etapa es vital en el desarrollo y evolución del pensamiento; representa el confrontar las ideas y pensamientos tradicionales, retar las normas y condiciones del contexto; el darse cuenta que lo que se ha aprendido ya no es suficiente y que hay algo más, mucho más por descubrir y que en distintas ocasiones se nos ocultaba o era catalogado como prohibido.

Es el momento de finalizar la infancia y llegar a la adolescencia y juventud; etapas de indecisión, de buscar nuestra personalidad, de adoptar posturas y ensayar ya, nuestras propias formas de ser y de actuar; de confrontar las realidades, la sociedad, la familia y hasta a nosotros mismos.

Morin menciona que es en este momento que ocurre la “muerte – vida” en donde la oruga se encierra en un capullo para autodestruirse, al tiempo de autoconstruirse como mariposa. Este proceso, desde luego que ocurre también a nivel del pensamiento; se abandonan paulatinamente las ideas infantiles para dar paso, mediante una etapa de cambios, a ideas de alguien mayor.

Menciona el fragmento bíblico: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño”

Resulta muy importante reflexionar que ese capullo que se forma alrededor de la oruga, ni más ni menos que es la escuela, las familias y sus hogares; pero en muchos casos es la calle, la soledad, el abandono, las redes sociales, el consumo de sustancias y diferentes realidades que positiva o negativamente rodean e influyen sobre este proceso.

MARIPOSA: “una vez que se completa la fase de crisálida, llegó el momento esperado, se rompe ese capullo y emerge de él un ser enteramente diferente, con colores brillantes y espectaculares; hace sus primeros intentos por volar, hasta que lo logra y emprende su viaje como un ser distinto al que era, es capaz de volar LIBRE, hacia el rumbo y el momento que prefiera”

Lentamente al ir dejando atrás esa etapa de conformación de la adolescencia e ir ingresando a la juventud, se “rompe la crisálida” y se comienza a mostrar una persona diferente. No ocurre en todos al mismo tiempo, influyen distintos factores; el caso es que comienza “su vuelo” con algunos intentos de externar las ideas y pensamientos propios, juicios y opiniones con mayor equilibrio y fundamento, hasta que por fin es capaz de “emprender el vuelo” solo.

Para el caso de los maestros, es maravilloso ver el reflejo de sus enseñanzas, materializado en jóvenes y adultos que, muestran un pensamiento y actitudes críticas, algunos ya han enfilado su camino por la vida generando una familia y otros, desarrollándose en alguna actividad productiva.

Para los padres de familia, esta etapa se ve representada en la partida y separación de los hijos del núcleo familiar; tal como lo entona Alberto Cortez: “Cuando le dije a mi padre que me iba a echar a volar, que ya tenía mis alas y abandonaba el hogar. Se puso serio y me dijo: A mí me ha pasado igual, también me fui de la casa cuando tenía tu edad… Camina siempre adelante…”

La evolución del pensamiento, es una metamorfosis cual si fuera mariposa, una vez que se logra, se emprende el vuelo en libertad.

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