Ya mañana es domingo y, para incrementar la devoción tan propia de los moradores de esta tierra, me permito recordar a Lucas el evangelista (18, 9-14), quien dice que Jesús dirigió una parábola a algunos que confiaban mucho en sí mismos, teniéndose por justos, y despreciaban a los demás.
“Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo, el otro publicano. El fariseo, en pie, oraba para sí de esta manera: ¡Oh Dios!, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros; ni como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, pago el diezmo de todo cuanto poseo...” [La parábola sigue, pero no quiero mal acostumbrarlos; búsquenla y sabrán la conclusión.]
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El desalojo de la oficial del Registro Civil, ordenado desde la Unidad Administrativa Municipal, sigue dando de qué hablar, y la cosa irá para largo al margen de quién hubiera dictado la disposición. Todo es confuso y ya no sabemos si la orden vino del maestro Xavier Nava Palacios o del exiguo secretario del Ayuntamiento. Como sea, se delegan funciones, más no responsabilidades.
En la columna del sábado pasado señalé que el alcalde al menos ya consiguió, por un lado, unificar en criterios y opiniones a los dirigentes panista y priísta…, y esto es cierto, ya ambos han salido a sacudirse el polvo y rasgar sus vestidos farisaicamente.
El PRI como institución, desde luego, no tiene ninguna autoridad moral para hacerlo, hay hechos en la memoria de los potosinos que lo ilustran a la perfección; menos Elías Pecina quien como oficial mayor de Gobierno del Estado, hizo –por comisión u omisión– ver su suerte a más de alguna trabajadora. Recordemos que el gober, también, les ha mostrado que luego se desquicia; aunque sólo con algunas, porque a la buena para nada de la titular de Ecología y Gestión Ambiental, y a la malévola secretaria de Salud, las sigue manteniendo en el cargo.
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En el caso del PAN es distinto, su dirigente y sus principales actores –al menos en nuestro estado– son en extremo observantes del respeto a los derechos de las mujeres, garantizado históricamente su inclusión a toda costa. Un ejemplo muy ilustrativo y que no deja lugar a duda, es hecho de que al menos desde 1997 todos los diputados por el VII Distrito han sido varones (Jorge Ricardo Domíguez Casanova, Javier Algara Cossío, Carlos Mier Padrón, Enrique Trejo Azuara, Javier Azuara Zúñiga, Alejandro Lozano González, Mariano Niño Martínez, y José Antonio Zapata Meraz.)
Es decir, el partido que hoy se pronuncia por el respeto a los derechos de una mujer, ha logrado dar vuelta –con artimañas legaloides– a las acciones afirmativas de género y a la legislación que en dicho respecto se ha generado, teniendo como resultado que al menos por 21 años consecutivos sólo ha figurado candidato varón, llamando la atención que ninguna autoridad electoral haya advertido dicha situación, o alguna mujer haya impugnado el proceso interno, máxime que en la última postulación no hubo elección interna sino que los órganos partidistas de toma de decisiones designó a un hombre como candidato.
Entonces debemos preguntarnos, o preguntar a la propia militancia panista, si no hubo mujeres capaces en ese distrito (el más rentable para el PAN), o las que hubo no les fueron redituables en votos.
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Pareciera que en el PAN hay cierto disfrute por evidenciar la violencia contra la oficial del Registro Civil, pero –fariseos al fin– nada se dice sobre la sádica actitud en contra de una ex militante, al orquestarle con saña un procedimiento sancionador, para tratar de acusarla y exhibirla, casi un año y medio después de que ella presentó su renuncia al partido. Así, resulta contradictorio que señalen a una mujer que renunció a su militancia por falta de espacios de participación ¿Dónde está su congruencia en el respeto por las mujeres?
Rosaura Elizabeth Ramos Amador, perteneció más de una década a Acción Nacional; presentó su renuncia el 14 de febrero de 2018, ante el Comité Directivo Municipal del PAN en San Luis Potosí, argumentando la falta de espacios de participación para diversos cuadros en su partido. En consecuencia contiende como candidata al VII distrito local de la capital, por el Partido Verde Ecologista, en junio de 2018.
Supongo que resentidos por el actuar de la ya ex militante, la directiva de Acción Nacional montó un procedimiento sancionador con el propósito de expulsar a Rosaura Elizabeth, argumentando que su renuncia no la presentó ante el Registro Nacional de Militantes con sede en Ciudad de México, sino que la presentó ante el ya referido Comité Directivo Municipal, y que por ello no fue válida, ni posible darle trámite. El proceder del partido ya fue revocado por el Tribunal Electoral del Estado de San Luis Potosí, mediante sentencia en el juicio ciudadano TESLP/JDC/10/2019, donde exponen los magistrados que los Comités Municipales son órganos auxiliadores del Registro Nacional de Militantes y por tanto ordena hacer válida la renuncia de Ramos Amador con efectos retroactivos al 14 de febrero de 2018. Es decir, armaron un sainete chafa y se los tumbaron.
Con esto, no sólo quedó exhibida la mala fe del partido político (o bueno de sus dirigentes), sino también denotaron una falta de sensibilidad hacia la participación de la mujer en distintos aspectos, al tiempo que se quedan con las ganas de exhibir a una ex militante y de dar un escarmiento a mujeres libres que buscan espacios reales de participación.
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Por otro lado, es muy probable (aunque no necesariamente porque luego son medio bobitos) que el mensaje lo hubieran entendido Nava y sus flamantes colaboradores: se marca distancia con los no panistas. Porque no está de más recordar que no lo es, aunque convenencieramente se vista de azul en ocasiones de fotografías.
Dicen los que saben, y los que no, repiten, que hoy es sábado social, disfrútenlo, pero no se excedan.