Febrero de Caín…

Siempre el recuerdo del cuartelazo contra el presidente Francisco I Madero, se hace presente durante el mes de febrero; rememoramos la llamada decena trágica, que acabó con las vidas del prócer y de su vicepresidente José María Pino Suárez. Ayer la bandera ondeaba, triste, a media asta.

Fueron por un lado, la confianza en sus colaboradores y la falta de energía en la toma de decisiones, las culpables de la caída de Madero; por el otro, la ambición y la traición incubadas por Huerta y sus esbirros, que pronto y bien hallaron acomodo entre algunos militares porfirianos resentidos, como Manuel Mondragón, Bernardo Reyes, y Félix Díaz.

El asedio a Palacio Nacional, la toma de la Ciudadela (o Fábrica Nacional de Armamento), los bombardeos en las calles aledañas hasta la rinconada de San Agustín, en las inmediaciones de la Alameda, los cadáveres apilados e incinerados parcialmente en el zócalo, el llamado pacto de la embajada, los muy loables esfuerzos del embajador cubano Manuel Márquez-Sterling, por sacar del país al presidente y al vicepresidente, y el epílogo de todos estos sucesos en las afueras de Lecumberri, con el asesinato de Madero y Pino Suárez, permanecen en el imaginario nacional como un baño de sangre que vierte el antiguo y agonizante régimen, sobre aquel que pretendió desplazarlo para posibilitar el surgimiento de otro, y no gracias a las armas, sino a la democracia. Fracaso total.

Testimonios de aquellos días los encontramos en el recuerdo de Antonieta Rivas-Mercado; en Los últimos días del presidente Madero, del ya referido Manuel Márquez-Sterling; en las melancólicas evocaciones de un, entonces muy joven, Alfonso Reyes, que años más tarde escribiría a la memoria del padre –fiel en sus convicciones, pero golpista– acribillado frente a palacio nacional:

9 de febrero de 1913 ¿En qué rincón del tiempo nos aguardas,/ desde qué pliegue de la luz nos miras?/ ¿A dónde estás, varón de siete llagas,/ sangre manando en la mitad del día?/ Febrero de Caín y de metralla:/ humean los cadáveres en pila./ Los estribos y riendas olvidabas/ y, Cristo –militar, te nos morías…/ Desde entonces mi noche tiene voces,/ huésped mi soledad, gusto mi llanto,/ y si seguí viviendo desde entonces / es porque en mí te llevo, en mí te salvo,/ y me hago adelantar como a empellones,/ en el afán de poseerte tanto. Río de Janeiro, 24 de diciembre de 1932.

El poema de Reyes, joya del amor filial; cuestionamiento a, y retrato de, los tiempos; la vida, la muerte; la rebelión frente a un nuevo orden no aceptado; la traición; el fracaso; la interrogante frente a los espacios ocupados; las ambiciones; el olvido, el recuerdo; la presencia, la ausencia; la memoria, la desmemoria; el estigma; la sombra del padre, el peso del padre. Las adaptaciones a los tiempos locales presentes.

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Las esperanzas de todos los sectores y fuerzas vivas de la ciudad están puestas Plan Municipal de Desarrollo, lanzado con bombos y platillos, hace cuatro días por el alcalde Xavier Nava; no es para menos, considerando la anarquía en la que estuvimos inmersos no sólo el anterior periodo inmediato de Ricardo Gallardo, sino también los de Mario García (hoy laureado educador de la juventud) y Victoria Labastida.

Surgen, desde luego, algunos cuestionamientos ligeros como el realizado por la asociación civil Cambio de Ruta, en materia ambiental; quizá surjan más andando los días, pero por fortuna el paso ya está dado.

También ya dio un paso en firme al presentar el pasado día 19, ante la Fiscalía General de la República, una denuncia penal contra Ricardo Gallardo Juárez, por el agandalle de los terrenos de la zona protegida de la Presa de San José; curiosamente una de las personas en quien se respalda el alcalde, es la diputada federal Josefina Salazar, quien cuenta con una denuncia penal en la Fiscalía del Estado, por el caso aquel de las facturas apócrifas. Incongruencia, ¿no?

Seguro Gallardo ya no ve lo duro, sino lo tupido, la Auditoría Superior de la Federación le abrió un expediente por la no comprobación de 130 millones de pesos invertidos en la supuesta rehabilitación a la avenida Fray Diego de la Magdalena.

Esto, sin embargo, ocurre casi al tiempo en que Ricardo Gallardo Cardona, el pollito, renuncia al Partido de la Revolución Democrática. Dicen los que saben, como la diputada federal Guadalupe Almaguer, que la salida de Gallardo será positiva para el partido amarillo; no obstante, considero que los únicos beneficiados serán los Gallardo, porque más bien pareciera una estrategia encaminada a negociar garantías para su progenitor. La sombra del padre.

Aunque también, siendo honestos, doña Guadalupe lo que menos tiene es inocencia y desinterés, y sabe muy bien que ella puede ser una de las que ahora distribuyan el color amarillo en la entidad. El PRD olvidó riendas y estribos.

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Quienes al parecer no saben sobre estropicios, y si lo saben no lo dicen, la delegación del INAH, que demuestra una vez más que servir para nada, y lo mismo, es el sello de la casa. Actúa con pasividad frente a la destrucción de patrimonio arqueológico que la empresa de desarrollo inmobiliario Ciudad Maderas, efectúa en la zona del Ejido Rodrigo, en Villa de Reyes –puerta grande de la Gran Chichimeca–. Creo que todavía no hemos aprendido la lección, historia, patrimonio y naturaleza se supeditan al dinero.

Si los desarrolladores y las autoridades competentes en la materia tuvieran un algo de sesera y sentido común, podrían adecuar los espacios habitacionales, para que convivieran con el patrimonio arqueológico y ecológico, sin detrimento ni menoscabo de alguno. Pero es San Luis Potosí, y no sabemos en qué lugar del tiempo anden nuestras autoridades estatales, ni entre qué pliegue de la luz esperen que los miremos.

Dicen los que saben, y los que no, repiten, que hoy es sábado social, disfrútenlo, pero no se excedan.