Para 2023, la economía del sector público en México prevé un mayor gasto social e incremento de recursos en proyectos emblemáticos del gobierno de la 4T; sin embargo, no hay certeza sobre los ingresos públicos, ya que parece que habrá un entorno de desaceleración, alta inflación, mayores tasas de interés y una elevada incertidumbre económica. Aunado que sigue pendiente una reforma fiscal que fortalezca los ingresos públicos, tanto del gobierno federal como de los estados y municipios.
Los ingresos tributarios solo crecerán 0.8%. Se estima una recaudación de 7.1 billones de pesos, lo que equivale a 22.7% del PIB, que representa un incremento anual de 9.9%, respecto a lo aprobado, pero 0.8% en relación con lo estimado para diciembre de 2022. Esta variación está en la disminución de los ingresos tributarios como: IEPS, IVA e ISR. Los ingresos tributarios seguirán por debajo del promedio de países de la OCDE. También, se prevé una caída de 13% en los ingresos energéticos.
El gasto público tiene como prioridad a las transferencias de estados y municipios, pensiones y el costo financiero de la deuda. El presupuesto presentaría un incremento del 11.6%, el cual se destinará al pago del gasto operativo del gobierno federal, lo que implicaría una reducción de los recursos disponibles para resolver problemas públicos; es decir, se tendrá un espacio fiscal de 4 mil 751.2 pesos para realizar políticas públicas, 2.8% menos que en 2022, por lo que habrá menor gasto público que beneficie de manera directa a la sociedad.
El gasto en educación se incrementará en 4.5% respecto a 2022. Habrá incrementos en programas vinculados a la recuperación del aprendizaje y evitar la deserción escolar; sin embargo, educación básica no tendrá presupuesto para abatir los efectos de la pandemia por la Covid-19. En lo que respecta al gasto en salud, tendrá un incremento de 4.2%, principalmente para IMSS, ISSSTE y Pemex; pero, la población sin seguridad social sufrirá una caída de 2.1% en su gasto per cápita, que pasará de 3 mil 733 pesos en 2022 a 3 mil 694 pesos en 2023. El programa IMSS-Bienestar registrará una caída de 16.9%.
La inversión pública no se recupera pese a los incrementos. El presupuesto será de 1 billón 190 mil 133 mdp, 15.6% mayor respecto a 2022, aunque 9.5% menor al ejercido en 2021. Este gasto representa el 3.8% del PIB y el 14.3% del gasto total. El cual es menor al 4% recomendado por la CEPAL para el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según la teoría económica, el gasto en inversión pública debe ser acompañado de un fortalecimiento en los ingresos públicos y dotar de sostenibilidad fiscal a los recursos destinados a obra pública para tener obtener mayor impacto en la economía, lo cual no sucederá para 2023.
El gasto del sector energético se estima en 1.2 billones de pesos, que representa 3.6 % del PIB, con una pérdida en términos reales es de 8.1%. El ramo 23 presentará un incremento en términos reales de 2.8%, seguido de Pemex con un 1.5%; mientras que, para la CFE, decrece su gasto en 7.8%. La deuda tendrá un costo de 1.1 billones de pesos, cifra equivalente a 3.4% del PIB; no obstante, este monto se basa en estimaciones expuestas a riesgos financieros y económicos que pueden incrementarlo o disminuirlo. Para 2022 se tuvo una deuda por habitante de 114 mil 574 pesos, en 2023 será de e 118 mil 208.
En resumen, para 2023 los ingresos tributarios solo crecerán en 0.8%; se prevé una caída de 13 % en los ingresos energéticos; habrá menos recursos para realizar políticas públicas; el gasto en educación estará por debajo de los niveles de pre-pandemia; el gasto per cápita en salud para personas sin seguridad social será menor; se incrementaran las transferencias a estados y municipios; la inversión pública no se recuperara pese a su incremento; cae el gasto en el sector energético y el pago de la deuda se incrementará. Próxima colaboración: 22 de febrero de 2023.
@jszslp