Al amanecer de este domingo ya no estaría el cuerpo de Jesús en el sepulcro, según los Evangelios. Tampoco es el mismo horario que ayer —nunca lo es, me dicen, el tiempo se va y no es el mismo— pues por disposición oficial ya entró el casi nunca querido horario de verano. También, ¡ay!, a las cero horas arrancaron oficialmente las campañas para diputaciones y presidencias municipales.
Renacer es cuestión de fe pero también de ciclos. «Cualquier verdor nuevo / no podría existir / si no hubiera cumplido su ciclo / el verdor perecido», escribió Mario Benedetti.
Ojalá y sí, hay que creer en algo, en alguien, creer en que se pueden mejorar las cosas, pero si se puede soy de la idea de mejor hacerle como santo Tomás: hasta no ver no creer.
Muchos, con vacuna o sin vacuna, se fueron de vacaciones. En la prensa se han dado a conocer casos de quienes al día siguiente de recibir su primera dosis ya estaban rumbo a alguna playa, sin atender a que aún se pueden contagiar y es semanas después de la segunda dosis cuando ya se generan anticuerpos y se evitan síntomas graves. Hace muchos meses la Organización Mundial de la Salud ya había advertido que la(s) vacuna(s) no sería(n) «una bala de plata». Hay que seguirse cuidando.
Y sí, como han advertido varias voces en Twitter, no va a haber tercera ola, porque en realidad nunca hemos bajado de la primera. Los cambios de marea no significan otra ola si no se pueden medir con exactitud. Esperemos fechas y lugares para la vacunación en Soledad de Graciano Sánchez y San Luis Potosí, así como los lugares oficiales.
El documento del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac) con los nombres de aspirantes a presidentes municipales, síndicos y regidores de los 58 municipios de SLP tiene 264 páginas. Tan solo por la capital van Enrique Galindo Ceballos (PRI y PAN), Leonel Serrato Sánchez (Verde), Teresa Carrizales Hernández (PES), José Ulises Hernández Espinoza (RSP), Jorge Andrés López Espinoza (MC), Xavier Nava Palacios (Morena) y Ángeles Hermosillo Casas (NA).
Tanto Serrato como Carrizales fueron precandidatos a la gubernatura en Morena. Hay un par que casi nadie conoce. Si algunos se andan peleando «la originalidad» de hablar de un «nuevo Plan de San Luis», Serrato se fue al extremo de hablar de «la madre de todas las batallas» y de decirse representante «único y diferente» del navismo y de la 4T.
Habrá que revisar «con lupa» dicha lista. Cotejar nombres de las regidurías y el orden en que están colocadas (aplica para diputaciones pluris) puede dar luz acerca de grupos de interés más que de la trayectoria de esos nombres. Funcionarios, amigos, hermanos, compadres, parejas (no necesariamente oficiales), cuates de juerga…
Todos prometen sacar lo más pesado de su artillería y lo más novedoso de su arsenal de propuestas a la par de sus ocurrencias. Vendrán nuevas alianzas y deslindes necesarios. Por lo pronto los memes en las redes sociales se están poniendo buenos.
Entre tanto impresentable candidateado, el ex diputado Pedro Carrizales es todo lo que no quisiéramos en un político. El Mijis nunca hizo nada, ni siquiera asistía a las sesiones del Congreso. Se escudó en su imagen de chavo banda y en supuestos atentados para hacerse publicidad. Hoy usurpa una candidatura indígena federal sin que autoridades de su partido o electorales hagan algo por impedir
ese «agandalle».
Al tiempo.
Los teléfonos y las computadoras ajustan solitos su hora, pero la bronca viene cuando hay que adelantar los relojes de muñeca y sobre todo el biológico, porque el cuerpo y la mente suelen resentirlo. Podría no importar una hora más o una menos, a menos, claro, que estemos como lo describe tan bien don Jaime Sabines:
«Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
[…]
»Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?»
Mientras veamos el reloj, aún no es hora. Mientras lata su tic-tac hay algo de tiempo. Segundo a segundo, aquí andamos.
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