Impuesto Verde. Pagar por contaminar el medio ambiente

El pago de multas, compensaciones, impuestos, etc. por contaminar el medio ambiente es un juego con dos filos, ya que en muchos de los casos esto se traduce en un permiso implícito para seguir contaminando y se transforma muchas de las veces en una decisión ECONÓMICA en vez de una decisión de CONCIENCIA ECOLÓGICA por parte de las empresas.

Un ejemplo muy representativo de estos esquemas se acaba de dar en México y la empresa que interviene para variar es PEMEX, que es la empresa petrolera más ineficiente y más endeudada del mundo. Cada mexicano debemos por medio de PEMEX 85O dólares desde el momento de nacer. Y por otro lado está la CNH o Comisión Nacional de Hidrocarburos, que impuso una multa a PEMEX por 6.2 millones de dólares o 120 millones de pesos. La causa es el incumplimiento en variables ecológicas en los campos petroleros principales de Ixachi en Veracruz y Quesqui en Tabasco, principalmente por la quema de gases que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera. Puede pensarse que es elevada la multa, pero analicemos que no es nada en una empresa que tiene ventas por 100,000 millones de dólares APROXIMADAMENTE al año, por lo que han decidido que ES MÁS BARATO PAGAR LA MULTA y seguir envenenándonos a todos los mexicanos. Además de que es hacerse tontos, ya que al pagar la multa el Gobierna federal sólo se cambia el dinero de la bolsa derecha a la izquierda con su respectiva cuota de CORRUPCIÓN en el camino. 

A nivel mundial y después del PROTOCOLO DE KIOTO se ha tratado de establecer un sistema de MERCADO DE BONOS DE CARBONO, que es un impuesto sobre la emisión de CO2 a la atmósfera, estableciendo un pago por tonelada de carbono emitida cuyo monto se canalizará a quien absorba por algún método esa tonelada emitida y lo transforme o almacene. La forma más sencilla sería por medio de los bosques que absorben carbono en su propia masa o madera. Lo anterior suena con cierta lógica y encarece la emanación de CO2 en el producto que va al mercado y cliente final. Es bastante sencillo de aplicar al cargarlo al precio de los combustibles fósiles que se utilizarán en cualquier proceso industrial, en la producción de electricidad o en cada uno de nuestros propios automóviles.

El sistema de mercado de bonos de carbono empezó a funcionar en 2009 con países como Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega, alguna provincia canadiense y Francia, en forma parcial. Al inicio, el impuesto se tasó en 8 euros por tonelada emitida, subió pronto hasta 27 euros por tonelada y la meta es llegar hasta 100 euros por tonelada en el año 2030. Como vemos, no están los principales emisores de CO2 como son EU, China, Rusia, etc., y esto desequilibra este mercado. El mercado no ha prosperado como debería, aunque es un buen intento que requiere irse puliendo. Además, como siempre sucede, hubo un fraude fiscal de varios cientos de millones de euros a través de este impuesto en Europa, concretamente en Italia y acabó por retrasar aún más la implementación real del mismo. Este MERCADO VOLUNTARIO recaudó en 2021, 362 millones de dólares, con un aumento del 92% contra 2020.

En México, dicho impuesto existe y es el IEPS de CO2 y fluctúa entre 48 y 59 centavos de peso sobre litro de gasolina; es decir, si en el país consumimos 1 millón de barriles diarios de petróleo, equivalentes a 185 millones de litros diarios, diariamente este impuesto que pagamos recauda 90 millones de pesos, que son 2,700 millones de pesos al mes. No sabemos dónde se están aplicando desde hace varios sexenios de PRI, PAN y ahora MORENA. Son lo mismo exactamente. Esos 2,700 millones deberían ser manejados por nosotros -la sociedad- en proyectos ecológicos reales como es su justificación. Nunca hemos escuchado a nuestros ORGANISMOS EMPRESARIALES pronunciarse sobre este punto. SON CÓMPLICES por OMISIÓN. La sociedad deberíamos exigir el cumplimiento de la aplicación de este impuesto. ¿Dónde están esos 2,700 millones que pagamos todos los mexicanos MENSUALMENTE con un fin ecológico en su origen?

Actualmente en México, empresas europeas como NAT 5 están empezando a certificar la emisión de BONOS DE CARBONO para canalizar los fondos de las empresas contaminantes directamente a los bosques, que secuestran el carbono sin pasar por los flujos burocráticos del gobierno, que desvían la intención con que fueron creados los impuestos mencionados, aunado a la corrupción de nuestros gobernantes.