La distracción

San Luis Potosí es de los Estados que en dos mil veintiuno elegirá gobernador, diputados locales y ayuntamientos, es decir, renovará todas las posiciones electivas, además de elegir diputaciones federales.

Para nadie es un secreto que el objetivo de la oposición al señor López es conseguir una mayoría en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, con el fin de atenazar al Ejecutivo en la parte presupuestal e impedir que siga destrozando al país, como bien lo viene haciendo todos los días. Sin embargo, mayoría de diputaciones en manos de partidos como el Acción Nacional, el Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática o Movimiento Ciudadano no garantiza que se logre tal fin, porque la traición, la venta de conciencias (barata, por cierto) y la conveniencia personal de los elegidos puede, como ya ha sucedido, construir la mayoría a favor de López, luego de convertirse en “independientes” o en cambiar de partido. En todos los partidos se cuecen habas o, mejor dicho, prietitos en el arroz.

Existe la creencia que aun se da un efecto en cascada respecto de los votos, de manera que si se tiene un buen candidato a gobernador, de ahí todo lo demás caerá del cielo. Nada más falso. Se ha demostrado que un buen candidato a una presidencia municipal enfrenta la cascada con una fuente, de manera que arroja votos hacia arriba y beneficia a un mediano prospecto al poder ejecutivo local.

Una cosa es cierta: el señor López tiene claro lo que quiere, lo que le importan los Estados y lo que le importa su reinado y la forma de mantenerlo. Por eso, mientras los partidos se despedazan por las candidaturas locales, las miras de aquel personaje están en San Lázaro. Después de todo, desde ahí controla el presupuesto de las entidades federativas, a nivel estatal y municipal.

Cuando Vicente Fox ganó la presidencia de la república, el Partido Revolucionario Institucional, sobre todo, fue por las gubernaturas y generó liderazgos locales que, con el tiempo, fueron designados como “virreyes” porque se decía que tenían el control estatal y pusieron a raya al presidente.

Error de concepto, no se convirtieron en virreyes sino en señores feudales, pues en tanto aquellos dependen del rey, estos hacen lo que les da la gana en sus territorios, incluso rebelarse. 

Sin embargo, si quieren repetir la historia, deben tener en cuenta que Fox no tenía mayoría absoluta en el Congreso y, menos aún, calificada, la cual permite hacer con la Constitución lo que le da la gana a quien sí la tenga, como se ha visto con el señor López y sus escuderos legislativos. Con la mayoría simple en Diputados, los apretones presupuestales garantizan el voto a favor de estas reformas en los congresos locales.

Una elección intermedia, ciertamente, puede variar los porcentajes de composición de la Cámara de Diputados pero, como ya dije, las conciencias diputadiles no siempre saben lo que es la congruencia y la templanza.

En San Luis Potosí, vemos el ir y venir de mecanismos de selección de candidato a la gubernatura de Morena, donde Mario Delgado, el líder nacional, tratando de respetar su palabra dada al Partido Verde, símbolo más puro y acabado de la ignominia, pasa de la encuesta a la designación de una candidata femenina para contender por la gubernatura.

Esto ha roto el frente que le puso freno, por lo menos de momento, a la postulación del diputado Ricardo Gallardo Cardona como propuesta de la alianza que Delgado suscribió. Sin embargo, nada descarta que podamos ver una versión 2.0 del juanismo, ese proceso donde se postula para perder, favoreciendo a quien, tras bambalinas es el candidato real; es decir, mala candidata de Morena para favorecer al Verde.

Y mientras la alianza PRI-PAN-PRD no anda cantando mal las rancheras y sigue su conflicto interno el PAN para definir gallo y el PRI espera jugar su carta al final, López en lo suyo, las diputaciones federales. Sin que nadie lo moleste.

@jchessal