La simulación nunca ha sido ajena a nuestros modos de hacer política, mucho menos en tiempos electorales. Esta vez, sin embargo, su presencia está resultando apabullante y preocupante. Sin pretender que sea un listado exhaustivo, veamos lo relevante:
EL MIJIS, a ratos conocido como Pedro César Carrizales Becerra, todavía ayer figuraba en las listas oficiales del Instituto Nacional Electoral como candidato “indígena” a diputado federal de representación proporcional. Si a los hechos crudos nos atenemos, pareciera que en todo el país los únicos que comulgan con la gigantesca rueda de molino de que ese ruco-banda tiene alguna ascendencia tének o náhuatl son precisamente los consejeros y funcionarios del INE y los integrantes de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena.
En este penoso caso aplica a la perfección el tópico de que (nuestros pueblos originarios) “estaban mejor cuando estaban peor”. Hasta antes de 2017 no tenían acceso garantizado a candidaturas legislativas, pero nadie se burlaba de ellos falsificándoles documentos y firmas para convertirse en su representante “por tener descendencia” de su etnia como el esperpento ese llamado El Mijis. Por si semejante escarnio no fuera suficiente, todavía este mitómano amenazó con “defender su honor mancillado” demandando a quienes lo acusaron de presentar constancias espurias, del municipio de San Antonio. Luego que se acreditó que también los documentos supuestamente expedidos en Axtla eran igualmente falsos se calló, pero todo indica que (¿dónde anda señor consejero Martín Faz?) va a ser diputado federal “indígena”.
HÉCTOR SERRANO CORTÉS, chilango donde los haya, hijo predilecto del gallardísmo y presunta materia gris del Pollo Jr., insiste en que es potosino por vecindad desde hace quién sabe cuantos años, cuando todo mundo sabe que no es cierto. Por supuesto que también tiene documentos “para probarlo”: una constancia más falsa que un billete de $2.75 que le fue ilegalmente expedida por el muy gallardista secretario del Ayuntamiento de Soledad. De no ser por la perspicacia de dos o tres integrantes del Ceepac, a punto estuvieron de dársela por buena para efectos de su registro como candidato a diputado local plurinominal por el PT. Como primero en la lista, se llegada a la curul está garantizada.
La determinación del Ceepac negándole el registro (también por no haberse separado de su actual cargo de diputado federal 90 días antes de la elección) fue confirmada por el Tribunal Electoral del Estado, por lo que con toda la fortaleza moral de su cinismo el susodicho acudió en queja ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, vía su sala regional con sede en Monterrey.
Esta instancia federal debió resolver ayer tarde/noche el recurso interpuesto por Serrano Cortés de Gallardo Cardona y Juárez. Igual le niega su registro que se lo concede, pero con independencia del desenlace, lo cierto es que convertido en páramo político, en desierto de ciudadanía y en ausencia de autoridades con integridad, San Luis Potosí está convertido en tierra de nadie, donde cualquier antojadizo puede venir a simular su condición de ciudadano potosino por vecindad y con residencia suficiente para convertirse -¡Ay Señor!- en nuestro representante para hacer leyes, aprobar presupuestos, convalidar nombramientos importantes y repartir prebendas.
XAVIER NAVA PALACIOS: su destino electoral está en manos de tres magistrados que despachan en un bunker a más de 500 kilómetros de esta ciudad. Se trata de una dama bajacaliforniana, un oaxaqueño y un michoacano que ni siquiera estoy seguro de que conozcan San Luis Potosí, blindados además con la inamovilidad en sus cargos y con ingresos envidiables. En tales circunstancias, pretender que una “resistencia civil pacífica”, traducida en una concurrida marcha en esta ciudad vaya a influir en el criterio jurídico de los magistrados de la Sala Regional Monterrey del TEPJF, es una ingenuidad conmovedora o, más bien, una forma algo burda de disimular la continuidad de la campaña electoral. Se pretende disfrazar eventos de campaña con otro nombre.
El lunes pasado, dentro del término legal, los abogados del abanderado morenista a alcalde presentaron su impugnación a la resolución del tribunal estatal electoral que lo dejó fuera de la candidatura. A como se están dando los tiempos, es probable que antes de que concluya el mes los magistrados de la Sala Monterrey del TEPJF emitan su fallo. Cualquier cosa puede suceder.
JUAN FRANCISCO “PALABRA DE HOMBRE” AGUILAR: Uno de nuestros más deteriorados dirigentes partidistas, cuando buscaba llegar al cargo, sin que nadie se lo pidiera –“por andar de soflamero” diría mi abuelita- mandó llamar un notario público para que certificara su compromiso de que si era electo en la directiva panista no buscaría ni aceptaría ser candidato a nada en las elecciones de este 2021. Apenas se abrieron los registros para aspirantes a diputados locales de representación proporcional, fue corriendo, tarde se le hacía, a atragantarse con su palabra, su credibilidad, su rectitud y su todo lo que ustedes quieran, para apuntarse en el primer lugar que le asegura la curul.
¿Habrá en nuestro escenario político un simulador más cínico y desfachatado que este sujeto? ¡Ah! porque todavía obligó a algunos compañeros de partido a que casi con lágrimas en los ojos le pidieran que no fuera feo y se sacrificara tres años de legislador aunque quedara de falsario y escupiera sobre su propia dignidad.
EL TRÁILER FANTASMA: Un vehículo de transporte de mercancías con veinte metros de largo, unos cuatro de alto y varias toneladas de peso, cargado con cinco mil despensas con señales de ser para alguna campaña electoral, se quedó atorado bajo un puente del Río Santiago, y varios días después del accidente no hay autoridad alguna, ni federal ni estatal ni municipal o electoral que, oficialmente, sepa de quién es la mercancía o a quién iba destinada.
Simulación más ostentosa es difícil de encontrar. Ahora resulta que un tráiler que obligadamente debió haber traído documentos que permitan identificar a su propietario, su origen y destino, igual que al remitente y al destinatario de la mercancía, se esfumó. Según esto, ni juntas nuestras autoridades de todos los niveles logran saber para quién eran las despensas y cuál era su destino final. Quizá en este caso la simulación sea más bien algo así como complicidad. Ya lo aconsejaba Adolfo López Mateos hace más de 60 años: “Tapaos los unos a los otros”.
BILLETES ELÁSTICOS: Con base en sus propias fórmulas matemáticas, el Ceepac determinó desde hace seis meses que el tope para gastos en las campañas de gobernador fuera de 29 millones 223 mil 864 pesos. Este límite aplica por candidatura, sea que la postulen un solo partido o varios. Es decir, teóricamente ni Octavio Pedroza ni la doctora Mónica ni Gallardo Cardona y todos los demás, pueden gastar en sus 90 días de campaña más de esa suma. Esta es sin duda una de las simulaciones institucionales más escandalosas que encaramos. No habrá ciudadano potosino en su sano juicio que crea semejante embuste.
La tarea de fiscalización en todas las elecciones, sean federales, estatales o municipales, corresponde en exclusiva al INE.
Con todo y que la pandemia ha limitado los eventos con grandes concentraciones de personas -que siempre suponen fuertes gastos de acarreo, reparto de utilitarios, logística y parafernalia- sigue habiéndolos. Además, las erogaciones en la estructura de representantes y, sobre todo, en los operativos de movilización el día de la elección, así como en la propaganda de todo tipo y en las redes sociales, las costosísimas asesorías en imagen, mensaje y manejo de medios, la pinta de bardas, etcétera, etcétera, vuelven risible los topes oficiales.
Hay una versión atendible según la cual el súper consultor extranjero de imagen y medios que presta sus servicios a Gallardo Cardona está cobrando el equivalente al triple del límite máximo fijado por las autoridades electorales. Es decir, como que ya va siendo hora de que dejemos de chuparnos el dedo y de hacernos tontos solos.
COMPRIMIDOS
Hace mucho tiempo que no me topaba con un asunto tan hermético, tan difícil de reportear como ese de las bases y propósitos de Ricardo Gallardo Cardona al anunciar públicamente su certeza de que en breve la candidata morenista Mónica Rangel declinará en favor del abanderado coalicionista Octavio Pedroza. Hay dos versiones que a mi juicio son las únicas medianamente atendibles: la primera, que El Pollo lo supo por una llamada telefónica interceptada por alguien de su equipo, en la que se escucha la voz de un alto funcionario estatal dando por hecha la declinación, y dos, que se trató simplemente de meter en la discusión pública un tema llamativo que le restara atención a las versiones de que la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República están por echarle el guante al candidato verde.
Una modesta sugerencia para la doctora y Xavier: pídanle a Mario Delgado que ya no venga a San Luis. Cada vez que viene resulta contraproducente. Además de que sus visitas a salto de mata y terminadas a huevazos son cada vez más patéticas, luego le da por decir tonterías de calidad Premium, como esa de demandar juicio político a los magistrados del Tribunal Estatal Electoral. Si según el líder morenista resolvieron mal por incompetentes o por mala fe, tienen dos instancias encima de ellos para que les corrijan la plana. Imagínense usted que cada vez que una de las partes quede inconforme con un fallo judicial en lugar de apelar demande juicio para castigar a los juzgadores.
El hecho de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya convalidado la reforma a la Ley Orgánica del Municipio Libre para que los secretarios generales de los Ayuntamientos con más de 100 mil habitantes deban ser abogados titulados, no tiene ningún efecto inmediato por aquello de que no está permitida la retroactividad. La nueva norma aplicará a partir de octubre próximo que inicien funciones las nuevas administraciones municipales, e involucra únicamente cuatro casos: San Luis capital, Soledad, Ciudad Valles y Matehuala.
La gran promesa de la política potosina, el coordinador de fracción y presidente de la Jucopo más joven en la historia de nuestro Congreso, protegido y consentido del súper delegado morenista y ganador por el mayor margen de votos en su elección de diputado local, busca ahora una chambita en el Poder Judicial. ¿Qué le pasó a Edson? Dos cosas: pronto le entró la güeva y se echó en manos de su asesor Guillermo Balderas que se lo desayunó sin masticarlo, y le agarró gusto al dinero fácil. Tenía derecho a la reelección pero ni lo pelaron.
Hasta el próximo jueves.