Libertad de expresión

Si tuviéramos que identificar uno de rubros respecto de los cuales las baterías de López se enfocan diariamente para acometer y bombardear, sin duda es la libertad de expresión. Ya sea por referencia directa en sus homilías diarias mañaneras, a través de sus bots y secuaces en redes sociales o bien empleando a las instituciones con facultades persecutorias, como la Secretaría de la Función Pública, lo cierto es que hace lo posible por inhibir, acallar, demeritar y ridiculizar las voces que se alzan para cuestionarlo, en una clara muestra de intolerancia y abierta enemistad con el derecho a disentir y poderlo expresar.

De acuerdo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los criterios de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que derivan de sentencias en donde el Estado Mexicano no intervino como parte en el litigio son orientadores para todas las decisiones de los jueces mexicanos, siempre que sean más favorables a la persona, de conformidad con el artículo primero  constitucional. 

Por eso, en esta columna quiero compartir algunos pasajes de una trascendental sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 28 de enero de 2009 en el caso Ríos y otros vs. Venezuela. El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por las restricciones a la libertad de expresión en perjuicio de 20 trabajadores del canal de televisión RCTV en el marco de sus labores periodísticas, así como la afectación a su integridad personal.

En el párrafo 105 de la sentencia, podemos leer una muy clara descripción de cómo debe ser considerado el derecho humano que nos ocupa: “La libertad de expresión, particularmente en asuntos de interés público, “es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática”. No sólo debe garantizarse en lo que respecta a la difusión de información o ideas que son recibidas favorablemente o consideradas como inofensivas o indiferentes, sino también en lo que toca a las que resultan ingratas para el Estado o cualquier sector de la población. Tales son las demandas del pluralismo, que implica tolerancia y espíritu de apertura, sin los cuales no existe una sociedad democrática. Cualquier condición, restricción o sanción en esta materia deben ser proporcionadas al fin legítimo que se persigue. Sin una efectiva garantía de la libertad de expresión, se debilita el sistema democrático y sufren quebranto el pluralismo y la tolerancia; los mecanismos de control y denuncia ciudadana pueden volverse inoperantes y, en definitiva, se crea un campo fértil para que arraiguen sistemas autoritarios”.

Por su parte, el párrafo 106 menciona que: “Con todo, la libertad de expresión no es un derecho absoluto y puede  estar sujeta a restricciones […], el Estado debe minimizar las restricciones a  la información y equilibrar, en la mayor medida posible, la participación de  las distintas corrientes en el debate público, impulsando el pluralismo  informativo. […].

Así, no queda duda que el oficialismo en México, ha hecho todo lo posible por desfavorecer el desarrollo progresivo de la libertad de expresión y, por el contrario, recurre a bajas acciones y sucias estrategias para lograr que quienes disienten, sean etiquetados, atacados, denostados, humillados y agredidos.

En su sentencia, la Corte incluso cita un fragmento textual de la demanda formulada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el caso que nos ocupa, que no deja lugar a dudas: “Los medios de comunicación y los comunicadores sociales ejercen una función que tiene per se una naturaleza pública. Es evidente la particular exposición a la crítica a la que voluntariamente se someten quienes deciden mostrar a la audiencia pública su trabajo. La opinión de quienes son los receptores de la información que los medios de comunicación y sus trabajadores producen, fomenta el ejercicio responsable de la función de informar, tomando en especial consideración la importancia que tiene para los medios y sus trabajadores la credibilidad que se logre a través de su labor informativa”.

Nada más que decir. Es así de claro el concepto y así de obscuro nuestro panorama nacional.

@jchessal