En este México donde en la agenda pública se ha vuelto a colocar como tema de discusión las dos visiones antagónicas que estuvieron en pugna sobre todo en el siglo XIX, liberalismo versus conservadurismo; es por eso que me pareció importante compartir en este espacio algunas breves ideas respecto del concepto que considero hoy, en el México del siglo XXI nos puede servir como fundamento para determinar con mayor claridad estas posiciones.
Me refiero al libre desarrollo de la personalidad como derecho fundamental, prerrogativa a la que en lo personal me gusta llamarle: “la libertad de libertades”, este concepto apareció por primera vez en la doctrina jurídica alemana en 1957, en aquel caso el Tribunal Constitucional Alemán sentenció: “…que las leyes no deben violar el principio de la dignidad humana, que es el valor más importante de la ley fundamental, como tampoco podrán restringir la libertad espiritual, política y económica de los seres humanos, en modo tal que se vean afectados en su contenido esencial.” Y que “…por virtud de la Constitución, el ciudadano individual tenga reservada una esfera para la estructuración de su vida privada, y que también exista un último ámbito inviolable de libertad humana, sustraído por completo a toda influencia del poder público”.
Es decir, por primera vez un Tribunal Constitucional reconocía un núcleo de libertad personal inviolable, un coto absolutamente vedado para el Estado, así para quienes nos auto adscribimos liberales, el reconocimiento de este derecho constituye el basamento desde donde defendemos posturas en favor del derecho a decidir en todos los ámbitos de la vida humana.
En el México del siglo XXI (2008) la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sostuvo que: “el individuo, sea quien sea, tiene derecho a elegir en forma libre y autónoma, su proyecto de vida, la manera en que lograra´ las metas y objetivos que, para él, son relevantes.” Se dijo con gran claridad que el derecho al libre desarrollo de la personalidad permite “la consecución del proyecto de vida que para si´ tiene el ser humano, como ente autónomo”, de tal manera que supone “el reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda persona a ser individualmente como quiere ser, sin coacción, ni controles injustificados o impedimentos por parte de los demás, con el fin de cumplir las metas u objetivos que se ha fijado, es decir, es la persona humana quien decide el sentido de su propia existencia, de acuerdo a sus valores, ideas, expectativas, gustos, etcétera”.
Este mismo criterio fue citado para resolver en 2015 el caso sobre la viabilidad del uso lúdico de la marihuana, de un modo extraordinario el Tribunal Constitucional Mexicano consideró que: “…pertenece al estricto ámbito de la autonomía individual protegido por el derecho al libre desarrollo de la personalidad la posibilidad de decidir responsablemente si desea experimentar los efectos de esa sustancia a pesar de los daños que esta actividad puede generarle a una persona…”
En conclusión, asumir una postura liberal implica per se decantarse sin medias tintas y con total claridad por la defensa del libre desarrollo de la personalidad de todos los seres humanos, en favor de respetar el amor libre en cualquiera de sus expresiones, en favor del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, en favor de la libre manifestación y la no criminalización de la protesta social ante los flagelos que vivimos día con día (feminicidios, desapariciones, pobreza extrema), en favor de la despenalización hacia un consumo responsable de cannabis, que implique una regulación para la paz.
Estoy convencido amable lector, que las ideas deben expresarse sin ambigüedades, más en la defensa de lo que se cree, pues en momentos de definición, cobran sentido las advertencias de Dante en su Divina Comedia: “Los confines más oscuros del infierno están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales” Y en tratándose del libre desarrollo de la personalidad, de la libertad de libertades, no puede haber posturas tibias, se debe estar siempre, del lado de las personas. Hasta la próxima.
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