“Por decencia caballeros,
no me cuelguen muy alto”.
Mary Blandy.
Lisa hace ocho días fue ejecutada mediante una inyección letal de una combinación de tres fármacos que producen letargo y paro cardiorrespiratorio. Recostada y en posición de cruz en cada una de las venas de ambos brazos, le fue suministrado lentamente el tiopental sódico, bromuro de pancuronio y cloruro potásico, que le provocaron pérdida de la conciencia, parálisis del aparato respiratorio y paro cardiaco, respectivamente.
Lisa olfateaba, porque no podía ver el río Wabash que se encontraba cerca de la penitenciaria federal en la ciudad Terre Haute, Indiana Estados Unidos, donde estaba recluida desde hace trece años esperando en el pabellón de la muerte su ejecución. Deliraba antes de su muerte y creía que era una cherokee, le habían contado tantas veces la batalla del río Wabash, donde guerreros indígenas iroqueses, creek y cherokees, habían derrotado después de la independencia de los Estados Unidos a soldados voluntarios estadounidenses en la famosa “Guerra India del Noreste”, masacrando a más de novecientos soldados de un total de mil.
Bobbie tenía veintitrés años, estaba embarazada de ocho meses de su primer hijo y era fanática de los perros raza rat terrier y tenía una camada de cachorritos en su casa. Lisa y Bobbie se conocieron por un portal de internet dedicado a esa raza de perros y se contactaron (Lisa con una identidad falsa y fingiendo también estar embarazada), finalmente quedaron de verse personalmente para ver a los cachorros de Bobbie.
Lisa de treinta y seis años, manejó casi trecientos kilómetros desde Kansas hasta Missouri, de un diciembre frio del año 2004, al abrirle la puerta Bobbie, fue sometida y ahorcada con una cuerda en el pasillo de su sala, abriéndole su vientre y sacando al bebe que llevaba, mientras los rat terrier ladraban frenéticamente pidiendo ayuda y defendiendo a su dueña, inútil fue su esfuerzo, Bobbie murió desangrada y Lisa huía con un bebe.
“Infancia es destino” machacaba Freud. La infancia no se ha olvidado, ahí está, y no se recuerda, se vive. Lisa nació de una madre alcohólica con alcoholismo fetal, desde pequeña sufrió abuso físico, psicológico y sexual por parte de su madre y de los amantes de ella. Lisa tenía una media hermana cuatro años mayor que fue recatada por los servicios sociales y llevada a un hogar normal, hoy está casada y con hijos y vive una vida feliz; Lisa no pudo ser rescatada y se quedó. En la adolescencia fue torturada y violada sistemáticamente por unos de sus padrastros y los amigos de él, en un cobertizo construido exprofeso para ello. Fue explotada sexualmente por su madre entre plomeros, electricista y albañiles con los que les paga las reparaciones hechas a su casa. Fue esclavizada, atada, sodomizada, grabada en video y vejada por años y nadie hizo nada por ella.
TAPANCO: A Lisa le diagnosticaron psicosis, lesiones cerebrales traumáticas, estrés postraumático, trastorno bipolar y trastorno disociativo. Pero antes de perpetrar el crimen, había comprado un kit para parto en casa y navegó por internet buscando -¿Cómo hacer una cesárea en casa?- Después de diecisiete años sin una ejecución a nivel federal, cayó en Lisa, A nivel Estado las han ido posponiendo por la Pandemia, ya no es muy popular la pena de muerte en los Estados Unidos, pero todavía un 55% la considera factible por homicidio en primer grado.
Francisco.soni@uaslp.mx
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