Lo que inicia

La sorpresa de la semana pasada fue el destape e integración formal del licenciado Juan Ramiro Robledo a la precampaña por la gubernatura en el Movimiento de Regeneración Nacional. Esta incorporación ocurrió en un momento en el que todavía no se hablaba formalmente de que algún precandidato fuera señalado como favorito.

Aunque hasta ahora habían sonado hasta ahora algunos nombres de militantes de Morena para la misma contienda, todos parecían calenturas pasajeras, ya que parecía que todo quedaba en intenciones. Si bien, el primero en iniciar formalmente actividades fue Leonel Serrato, también el primero en descartarse fue el delegado federal Gabino Morales, mejor conocido en el bajo mundo como Lord Braguetas. 

Aspiran también a la candidatura morenista, aparte de Juan Ramiro Robledo y Leonel Serrato, el empresario José Antonio Lorca Valle, y el excéntrico alcalde de Ciudad Valles, Adrián Esper Cárdenas. Sin embargo, hay quienes afirman que no es ninguno de ellos, y que la designación finalmente vendrá del centro. 

Por lo pronto, a quien le cortaron de muy fea forma sus aspiraciones para contender también a la gubernatura en alianza con MORENA, fue al diputado federal y ex alcalde soledense Ricardo Gallardo, quien de inmediato –como es costumbre– hizo su pataleta, y comenzó a lanzar diatribas por sus redes sociales. 

Muchos al día de hoy ignoramos si Gallardo en realidad era o es un peligro para San Luis Potosí, ya que recordemos, fue esta una campaña negra muy bien orquestada por alguien del equipo del alcalde Nava, a la que mucho abonaron las investigaciones que le fueron abiertas, y su paso por un penal de seguridad federal. Pero lo cierto es que no nos gustaría de gobernador, ni de alcalde. 

Ya en este punto, y a propósito de los Gallardo, sería interesante que alguna de esas mentes brillantes que abundan por aquí, especializadas en hacer cuentas, hicieran un ejercicio matemático en el que compararan los gastos entre las gestiones como alcaldes de Gallardo, padre, y de Xavier Nava. Creo que nos llevaríamos muchas sorpresas.         

Mientras tanto, donde en unos días comenzarán a darse hasta con la cacerola, es en la contienda de precandidatos de Acción Nacional, los cuales parece ser que comienzan a cerrar filas en torno a un candidato de unidad, que logre llevarlos a puerto seguro, y después continuar con filas cerradas en torno a su candidatura. Un panista de verdad, y no un aventurero que, con supuesta camiseta de independiente, sólo contribuya a resquebrajar más al partido, y si llega a ganar, incluso a desaparecerlo. 

Hay quienes dicen que se ha visto que la única constante en esa carrera política ha sido la traición, una vez que satisface sus ambiciones; y algo debe haber de cierto, probablemente –quienes lo afirman– se miran en el espejo de los Gallardo.

Lo que sigue siendo una cosa curiosa, es la reunión que sostuvo el gobernador, como jefe del priísmo en el estado, para ser preciso en la orden de que ni un voto al Verde, o ni un voto a Gallardo. Todo parece indicar que –según él– la cargada estatal va con el PAN. 

Aunque dicen los que saben, que podrá decir lo que sea, pero a la hora de la verdad, Carreras no aguanta una llamada del centro. Y mucho debe haber de cierto, su más grande dolor de cabeza será la secretaría de Salud, dependencia que funciona con recursos federales. 

Por lo pronto, sea Juan Ramiro, sea Toño Lorca, o sea Octavio, hay razones de sobra para suponer que podrá cerrar sexenio tranquilamente. Si fuera Nava, habría que pensarle.

Como sea, el que nadie lo moleste, ya como exgobernador, depende del cierre que le sepa dar a su relación con el gobierno central, aunque llegue una mujer. De eso dependerá todo. 

Gracias por la lectura, abríguense bien.