Logros

En 2018 México cambió de modelo de desarrollo y estrategia de gobernabilidad, a seis años el saldo es positivo, así lo mostraron los resultados electorales del 2 de junio y los altos niveles de aprobación del presidente de la república. De poner en el centro de las políticas públicas al mercado se transitó a un énfasis en la sociedad, con dos acciones prioritarias: programas sociales, y obras de infraestructura, principalmente en el sur del país. De ello se deriva la confrontación política, la cual en el fondo es ideológica; es entre quienes piensan que la prioridad es la estabilidad económica y quienes dan prioridad al bienestar social.

La primera evidencia de este cambio en la forma de gobernar fue que en seis años se invirtieron 2.6 billones de pesos para financiar 12 programas sociales para el apoyo a grupos vulnerables, como adultos mayores, personas con discapacidad, jóvenes y productores del campo. La población objetivo pasó de 9.5 millones de personas en 2019, a 24.3 millones en 2024, lo que representó un incremento del 156 %. Los apoyos económicos aumentaron en 192 %, por lo que el gasto social paso de 4 % del presupuesto en 2019 a 7.4 % en 2024. El sentido social de esta política pública se reflejó en un alto nivel de aceptación en la población. 

Como segunda evidencia se encuentra la aplicación de 953,603 millones de pesos en obras públicas como: Tren Maya, Refinería Olmeca, Corredor Interocénico, Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y Aeropuerto de Tulum. Estas obras generaron miles de empleos y fortalecieron a empresas proveedoras de bienes y servicios. Con ellas se detonó el desarrollo, principalmente en el sur de país. Los resultados electorales ahí favorecieron casi en su totalidad a la coalición política que gobernó en los últimos seis años. Si se toman en cuenta estos resultados es un logro que tuvo beneficios sociales y políticos. 

Estas dos políticas públicas fueron acompañadas por una narrativa donde el presidente de la república utilizó adjetivos y sustantivos que ya forman parte de la cultura política del país, y en la que la mayoría de la sociedad se identificó y le permitió aceptar a la nueva clase política y rechazar a sus adversarios. El discurso giró en torno al concepto de pueblo bueno y para identificar a los culpables de todos sus males sociales utilizó adjetivos como: neoliberales, fifís, racistas, hipócritas, conservadores, oligarquía, fachos. Con ello se les dio un sello positivo a todas las acciones gubernamentales. 

Sin duda, que en seis años el cambio en las políticas públicas tuvo logros y resultados positivos, con una transformación que fue efectiva en el bienestar y aceptación social, así como en los resultados electorales favorables a la clase gobernante, pero que tiene como riesgo que surja una clase política arrogante y se ciegue en escuchar las propuestas de sus adversarios; pero a la vez puso en evidencia el error que tuvo la oposición de centrar su estrategia en el ataque permanente al presidente de la república, sin hacer una propuesta alternativa de país. Próxima colaboración: 09 de octubre de 2024. 

@jszslp