Los Nobel de la Paz 2018

La madrugada del 5 de octubre pasado, se conoció en México la noticia de que el Premio Nobel de la Paz de este año sería otorgado a la iraquí Nadia Murad y al médico congoleño Denis Mukwege, por su lucha en contra de la violencia contra las mujeres.

Por segunda vez en la historia del Nobel, este tema se consideró relevante. En 2011 se había premiado a tres mujeres: Ellen Johnson Sirleaf, Leymah Gbowee y Tawakkol Karman por su lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y por los derechos de las mujeres a la plena participación en el trabajo de construcción de la paz. Las dos primeras nacieron en Liberia y la tercera en Yemen.

En la edición 2018, el Comité que otorga el Nobel señaló el extraordinario valor de Nadia Murad al “relatar sus propios sufrimientos y hablar en nombre de otras víctimas”.

El mundo fue testigo con horror del ataque que hicieron soldados del Estado Islámico (ISIS) el 3 de agosto del 2014 a los yazidíes en Sinjar, una región al norte de Irak. Anteriormente, el mundo había tenido conocimiento de ataques a Mosul y Tal Afar.

A Nadia Murad le tocó la terrible experiencia de quedar acorralada en la escuela de la pequeña aldea y ver como se llevaban a los hombres para acribillarlos, mataron a 6 de sus hermanos y otros tres, aunque resultaron heridos, lograron huir. La “suerte” que corrieron los hombres que no quisieron convertirse al islam fue la muerte. Para las mujeres, fue la muerte en vida, porque fueron vendidas como esclavas sexuales y sometidas a violaciones colectivas. El grupo de mujeres incluía a unas 150 niñas. Nadia ha relatado que “ninguno de los hombres sintió clemencia alguna”. Ella logró escapar y por eso pudo contar su historia y convertirse en defensora de los derechos de las mujeres. La búsqueda de supremacía de una religión sobre otra va acompañada de la supremacía del hombre sobre la mujer y el “derecho” a disponer de ellas por los medios más violentos.

En otra latitud, en la República del Congo, los ojos del Nobel se pusieron en el trabajo del ginecólogo Denis Mukwege. Desde muy joven, decidió que su trabajo estaría orientado a la atención de las mujeres víctimas de violencia sexual en su país natal. Desde un hospital al este del país, hace décadas que recibe a mujeres violadas y víctimas de la ablación. Como es sabido, en algunos lugares del centro de África, se practica la mutilación de los genitales femeninos, particularmente el clítoris. Esta práctica ha sido condenada sistemáticamente por organismos de Naciones Unidas e incluso se ha instituido el “Día Mundial contra la Ablación Femenina”. El cálculo es que actualmente más de 200 millones de mujeres en el mundo han sufrido mutilación genital y que ésta no se presenta sólo en países africanos.

El doctor Mukwege atiende estos casos de violencia sexual y no ha dejado de alzar su voz para señalar que no se está haciendo lo suficiente en el mundo contra este terrible fenómeno. Del mismo modo como lo dijo Nadia, para Denis, la violencia contra las mujeres es estrategia y arma de guerra. En palabras del doctor Mukwege, la guerra del Congo “transforma el cuerpo de las mujeres en un campo de batalla”.

El Premio Nobel de la Paz se ha venido otorgando desde 1901 a personas e instituciones que han luchado por la paz. Sólo recientemente se ha puesto la mirada en el sufrimiento diferenciado por razones de género. La guerra, independientemente de sus causas, tiene un impacto distinto en los cuerpos, en la salud, en la integridad, en la dignidad y en las vidas y destinos de las mujeres.

Desde Noruega, país donde se entregan los Nobel de la Paz, se escucharán los mensajes que buscarán hacer visible lo frecuentemente invisibilizado para seguir llamando a la acción. ¡Qué bueno que la Academia Sueca puso el reflector en ello!

Leticia Bonifaz