Los nuevos gritos

Para que un grito trascienda debe ser coral, colectivo. A menos que seas Aquiles, claro. El que se dio en Dolores, Guanajuato, hace 210 años, retumbó hasta ser asumido por miles. En México se menciona ese ‘alzar la voz’, el grito, y nos remite a la Independencia y a todos los demás ‘símbolos patrios’. 

La campana o los estandartes son lo de menos, por ahora. La voz esforzada, levantada, persiste como signo de todo lo tangible.   

La revolución de Independencia ni siquiera fue la primera de muchas que se han dado en nuestro país, pero fue el primer movimiento armado que, dentro de sus diferencias, logró consolidarse en una separación de España y un gobierno propio como tal. Después hubo otras, con más o menos éxito, ya dentro de un país, nuestro país, entre nosotros, pues siempre hay quien tiene que gritar y quien quiere acallar esa voz, esas voces. Las transformaciones no se dan por decreto ni, menos, por publicidad.

Demasiados gritos han retumbado esta semana, y porque pareciera que siempre llegan a oídos sordos, muchos merecen ser amplificados. Son dramáticas las escenas de un camión de la policía de Michoacán atropellando sin piedad a los estudiantes de Tiripetío, o la detención a medianoche de las mujeres que tomaron las instalaciones de Derechos Humanos en Ecatepec, Estado de México. Gritos para reclamar agua o tierra, por miles de desaparecidos, por las  mujeres asesinadas, por los muertos en la pandemia y por quienes no tienen acceso a los satisfactores mínimos de sus derechos humanos.  

Claro, hay quienes alzan la voz en forma teatral, sólo para que los vean, sabedores de los efectos de la palabra. Gritaron diez gobernadores y anunciaron su independencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), los mismos que ya tenían problemas partidistas con el Gobierno Federal. Gritan políticos de vario plumaje para compensar las irrealidades.

La ‘intervención’ de las obras pictóricas que estaban en la CNDH, con pestañas, maquillaje y lemas y símbolos anarquistas, también es un grito. Las obras no eran muy buenas, la verdad, y sólo porque representan a los héroes de la Patria se ha armado una buena alharaca, sobre todo por el de Benito Juárez, consentido del régimen actual. Como se ha señalado en las redes, el de Miguel Hidalgo, el ‘gritón’ original, quedó mejor. 

La verdad.

(Luego hablamos de las esculturas instaladas temporalmente en el jardín de Tequis, en la capital potosina… Y del interesante debate que se dio acerca de los PDF y el trabajo escritoril. Y del festival Huellas del Crimen, otro grito necesario.)

Si el sistema de protección y de justicia funcionara, otro gallo nos cantara. Según las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en casi todo el país hubo un gran aumento del delito de feminicidio en los primeros seis meses de este año a comparación de los primeros seis del año pasado. En San Luis Potosí el crecimiento fue de 25%. En el Estado de México el aumento fue de 40%; sí, el estado donde fueron tomadas, recuperadas y quemadas las instalaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

San Luis Potosí arriba a otras dos semanas en semáforo naranja siendo el tercero nacional en mortandad. Al cierre de esta columna van 1,605 defunciones de 72 mil en todo el país. En nuestro estado hay 877 casos activos de covid-19 (oficialmente) y no se autorizaron horarios extendidos por las Fiestas Patrias, pero ya saben, ¡viva México! Ya veremos que pasa en estos días. 

Y por último, pero lo último será lo primero: urge ayuda a muchos habitantes de Tamazunchale, SLP, que con el desbordamiento del río Moctezuma tuvieron que ser evacuados de sus hogares y han sufrido terribles perdidas. Un centro de acopio de ayuda (alimentos enlatados, cobijas, ropa y productos básicos) se habilitó en Juegos Olímpicos 1605, esquina con Benigno Arriaga, Col. Estadio.

Se acerca otro aniversario de los grandes sismos (1985 y 2017), y en ese ánimo hay que hacer más que simulacros y no confiarnos en que el gobierno (o los gobiernos) cumplirá con lo que le toca. Como con los sismos, como con la pandemia, los incendios o las inundaciones, que la solidaridad se sienta de nuevo. 

Gritar en colectivo. Que la polifonía nos armonice al menos un poco, espero. Escribió John Donne: «Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti».

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